Una revisión reciente sugiere que los beneficios para la salud del agua potable fluorada podrían estar disminuyendo, ya que los estadounidenses están utilizando cada vez más pastas dentales y enjuagues bucales que ya contienen fluoruro. Este estudio, publicado en la Base de Datos Cochrane de Revisiones Sistemáticas, analizó más de 157 investigaciones que compararon la caries dental en niños que vivían en comunidades con fluoración del agua frente a aquellas que no la implementaban.
¿Qué encontraron los investigadores?
Los estudios realizados en más de 5,700 niños antes de que la pasta dental con flúor estuviera disponible a gran escala en la década de 1970 revelaron que la adición de fluoruro al agua reducía el número promedio de dientes cariados en 2.1 por niño. Sin embargo, las investigaciones posteriores a 1975, que incluyeron casi 3,000 niños en el Reino Unido y Australia, estimaron que el beneficio era considerablemente menor, con solo 0.24 dientes de leche cariados menos por niño, es decir, aproximadamente un cuarto de diente.
A pesar de estos hallazgos, los investigadores enfatizaron que las municipalidades no deben considerar estos resultados como una justificación para eliminar el fluoruro de sus sistemas de agua. Anne-Marie Glenny, coautora del estudio y profesora de investigación en ciencias de la salud en la Universidad de Manchester, subrayó la importancia de considerar el contexto más amplio y cómo han evolucionado la sociedad y la salud con el tiempo. Destacó que la mayoría de los estudios sobre fluoración del agua tienen más de 50 años y fueron realizados antes de la introducción de la pasta dental con flúor. Por ello, los estudios más recientes ofrecen una perspectiva más actualizada sobre los beneficios de esta práctica.
No obstante, muchas comunidades en EE. UU. están eligiendo no fluorizar el agua, impulsadas por grupos que se oponen al fluoruro, argumentando que podría afectar los niveles de coeficiente intelectual de los niños. Recientemente, un organismo gubernamental de California determinó que, aunque no se podía concluir de manera definitiva que el agua fluorada representara un riesgo para la salud pública, la Agencia de Protección Ambiental de EE. UU. debería fortalecer las regulaciones sobre la fluoración del agua.
Aproximadamente el 75% de la población estadounidense tiene acceso a agua del grifo con fluoruro añadido en niveles recomendados. Las principales organizaciones de salud pública, como la Asociación Dental Americana, la Academia Americana de Pediatría y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, continúan apoyando la fluoración del agua.
Sin embargo, estudios recientes han sugerido posibles efectos adversos en la salud relacionados con el fluoruro en el agua. Un estudio de mayo indicó que las mujeres con niveles más altos de fluoruro durante el embarazo informaron que sus hijos eran más propensos a sufrir rabietas y a quejarse de dolores de cabeza y otros síntomas neuroconductuales a los 3 años.
Janet Clarkson, coautora de la revisión y profesora de efectividad clínica en la Universidad de Dundee, en Escocia, expresó que la nueva investigación podría iniciar un "diálogo" para entender mejor el impacto de la fluoración del agua. Aunque la fluoración ayuda a prevenir las caries, no elimina los problemas derivados del consumo excesivo de azúcar o de malos hábitos de higiene bucal, lo que implica que cualquier programa de salud bucal debe adoptar un enfoque integral y multilateral.