Aunque ha reducido accidentes, ha provocado largas filas de hasta 17 kilómetros y retrasos de hasta una hora en el tráfico.
El alcalde de Arteaga, Ramiro Durán García, señaló que aunque la instalación de reductores de velocidad en el kilómetro 225 de la carretera 57 ha disminuido el número de accidentes, esta decisión no ha sido la más adecuada debido a los problemas de tráfico que ha generado. Según el edil, la medida ha provocado filas de más de 17 kilómetros y un incremento, hasta de una hora, en los tiempos de traslado, con una evidente afectación tanto para los transportistas como a las empresas locales.
“El problema de la carretera 57 son las curvas tan pronunciadas y el mal peralte que tienen en el kilómetro 232, de sur a norte y Capufe lo que hace es que poner estos bordos en el kilómetro 225, que es la intersección con la carretera estatal a San Antonio”, indicó.
Expresó su preocupación por el impacto económico que esta situación genera, especialmente en las compañías de transporte que movilizan a trabajadores desde los poblados hasta la cabecera municipal de Arteaga.
Sostuvo que respeta las estrategias que Caminos y Puentes Federales (Capufe) ha implementado para reducir los accidentes en este tramo de la carretera Puerto México-Ojo Caliente; sin embargo, Durán García considera que es necesario encontrar una solución más efectiva.
El edil confirmó que continuará en las reuniones con Capufe y la Guardia Nacional, donde se definen las medidas de seguridad para la carretera y expuso que se deben encontrar alternativas que garanticen la seguridad vial sin afectar la economía local, ni generar los embotellamientos que complican la movilidad en esta importante vía.
Asimismo se manifestó optimista en que pronto pueda haber una solución clara a la problemática de esta carretera, una vez que con las gestiones del gobernador Manolo Jiménez Salinas, fue incorporada a los cien compromisos de gobierno de la presidenta de República, Claudia Sheinbaum Pardo.