"Un campeón se levanta cuando el otro no puede".
¿Cuánto tiempo llevas jugando fútbol bandera?
"Pues mira, llevo jugando fútbol bandero prácticamente desde que se inició el deporte aquí. Aunque de pequeño jugué fútbol americano en equipos, en ese deporte hay un rango de edad en el que, cuando lo sobrepasas, ya no hay muchas opciones para seguir practicándolo de manera competitiva. Fue en ese momento cuando comenzó el movimiento del “Cochito” o fútbol bandera, y ahí fue donde realmente me sentí muy cómodo y feliz de seguir jugando un deporte que amo".
Entonces, ¿Dirías que el fútbol bandera fue una especie de extensión natural para ti, después del fútbol americano?
"Exactamente. Como mencioné, jugué fútbol americano en mi infancia y adolescencia, pero llegó un punto en el que ya no había ligas o equipos adecuados para mi edad. El fútbol bandera apareció justo a tiempo para llenar ese vacío. Es un deporte muy similar en términos de estrategia y trabajo en equipo, pero sin el contacto físico tan fuerte, lo que lo hace más accesible para quienes ya no estamos en la misma condición física que cuando éramos jóvenes".
Sabemos que has pasado gran parte de tu vida en Saltillo, ¿Fue ahí donde comenzaste a jugar fútbol bandera?
"Sí, así es. En Saltillo fue donde comenzó a tomar fuerza el deporte del “tocho”, que es como también se le llama en algunos lugares. Al principio, el movimiento era más pequeño, pero rápidamente empezó a crecer y extenderse por todo el estado. Cuando terminé mi carrera, regresé a Piedras Negras y ahí me reencontré con el deporte, porque algunos conocidos me invitaron a formar parte de sus equipos. Desde entonces, no he dejado de jugar, y hasta el día de hoy sigo muy activo en las ligas".
¿Te has lesionado alguna vez jugando?
"Sí, claro. Como en cualquier deporte, siempre hay riesgos de lesión. Me he torcido el tobillo en más de una ocasión, y a veces me he llevado algún golpe fuerte, sobre todo cuando salto para atrapar el balón y caigo mal. Pero afortunadamente, nunca ha sido nada demasiado grave. He sido testigo de cómo otros jugadores se han lesionado seriamente, como romperse algún ligamento, pero hasta ahora he tenido la suerte de evitar ese tipo de lesiones".
¿Crees que hay algo en particular que te ha ayudado a evitar lesiones graves?
"Creo que se trata de una combinación de factores. Primero, con los años aprendes a conocer mejor tu cuerpo y sus límites. Sabes hasta dónde puedes exigirte y cuándo es mejor no forzar demasiado. También he tratado de mantenerme en forma y calentar bien antes de cada partido, lo cual es fundamental para prevenir lesiones. Además, el fútbol bandera, al ser un deporte de menor contacto, también reduce un poco el riesgo de sufrir golpes graves, aunque siempre hay cierto riesgo cuando estás en movimiento constante".
¿Cómo has visto la evolución del deporte en los últimos años?
"La verdad ha sido impresionante ver cómo ha crecido el fútbol bandera en todo el estado y en el país en general. Al principio, era algo que solo jugábamos unos cuantos, casi como un pasatiempo, pero ahora se ha convertido en un deporte muy popular. Cada vez hay más ligas, más equipos y más competencias. También ha habido un mayor interés por parte de los jóvenes, lo cual es genial porque le da al deporte una nueva energía y garantiza que siga creciendo en los próximos años".
¿Y cómo es la dinámica de los equipos en los que has jugado? ¿Hay mucha competencia?
"Sí, definitivamente hay competencia, pero lo mejor de todo es el sentido de comunidad que se forma dentro de los equipos. El fútbol bandera es un deporte que requiere mucho trabajo en equipo, y eso crea vínculos muy fuertes entre los jugadores. A lo largo de los años, he jugado con diferentes equipos y en diferentes ligas".