En los últimos años, las redes sociales, especialmente plataformas como TikTok, han popularizado contenido sobre el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) en adultos. Videos humorísticos muestran situaciones cotidianas en las que alguien se distrae buscando su cargador, termina lavando los platos y, al final, olvida por completo lo que estaba haciendo tras recibir una llamada. Aunque estos clips pueden ser divertidos y resonar con muchos, el TDAH en adultos es un tema mucho más complejo de lo que se representa en estos contenidos.
El TDAH no es un trastorno que aparece en la adultez, como a menudo se cree. Su origen se remonta a la infancia, aunque muchas personas llegan a la adultez sin haber sido diagnosticadas. En este artículo, exploramos cómo se presenta el TDAH en adultos, sus síntomas y la importancia de obtener un diagnóstico adecuado.
El TDAH es un trastorno neurológico caracterizado por un patrón de falta de atención, hiperactividad e impulsividad. Según el Instituto Nacional de Salud Mental de Estados Unidos, los primeros síntomas suelen manifestarse antes de los 12 años, aunque en ocasiones el diagnóstico se retrasa, y algunas personas llegan a la adultez sin saber que lo padecen.
Este trastorno tiene un componente genético significativo, aunque aún no se ha determinado una causa específica. Existen teorías que sugieren que factores ambientales, lesiones cerebrales o incluso la dieta podrían influir en su desarrollo, pero la mayoría de los estudios indican que la herencia genética es el principal factor desencadenante.
¿Cómo se manifiesta el TDAH en adultos?
A medida que una persona con TDAH avanza hacia la adultez, los síntomas pueden no desaparecer, aunque a menudo cambian de forma o se presentan de manera diferente. Si bien la hiperactividad física que se observa en los niños puede no ser tan evidente en los adultos, estos aún enfrentan dificultades en diversas áreas de su vida.
Algunos de los síntomas más comunes del TDAH en adultos incluyen:
- Dificultad para prestar atención a los detalles.
- Cometer errores por descuido en el trabajo o en la vida cotidiana.
- Problemas para mantener la atención en tareas prolongadas o complejas.
- Olvidar citas, fechas importantes o compromisos.
- Dificultad para seguir instrucciones o completar tareas.
- Procrastinación constante.
- Desorganización en la gestión del tiempo y el espacio.
- Dificultad para escuchar a los demás.
- Hablar en exceso o interrumpir a otros.
- Impaciencia o baja tolerancia a la frustración.
Un diagnóstico que puede transformar vidas
Es fundamental destacar que para que un adulto sea diagnosticado con TDAH, debe presentar al menos cinco síntomas que interfieran significativamente en su vida diaria, ya sea en el ámbito social, laboral o personal. Muchas personas nunca fueron diagnosticadas en la infancia, ya que padres y maestros a menudo confunden los síntomas con falta de disciplina, pereza o rebeldía.
Además, los síntomas del TDAH en adultos a menudo se confunden con los efectos del estrés, la ansiedad o incluso la depresión. Por ello, es crucial que un profesional especializado en salud mental, como un psiquiatra o psicólogo, realice el diagnóstico para descartar otras condiciones y ofrecer un tratamiento adecuado.
La importancia de un tratamiento efectivo
Aunque no existe una cura para el TDAH, hay tratamientos que pueden mejorar la calidad de vida de quienes lo padecen. Estos tratamientos incluyen la terapia conductual y el uso de medicamentos estimulantes. La combinación de ambos enfoques suele ser efectiva, ayudando a los adultos con TDAH a mejorar su atención, organización y habilidades para manejar el estrés.
Es común que muchas personas demoren en buscar ayuda por miedo a ser juzgadas, a sentirse limitadas o simplemente porque no conocen el trastorno. Sin embargo, recibir el diagnóstico y tratamiento adecuados puede hacer una gran diferencia en la vida de una persona con TDAH, permitiéndole llevar una vida más organizada y enfocada.