Tratamiento con estimulación cerebral profunda podría hacer que los brazos y las manos recuperen la movilidad

Pacientes que han perdido el uso de sus manos y brazos debido a un accidente cerebrovascular (ACV) o a una lesión cerebral traumática podrían recuperar parte de su función mediante la estimulación cerebral profunda (ECP), según una investigación reciente.

La estimulación cerebral profunda consiste en la colocación quirúrgica de electrodos que envían impulsos eléctricos a áreas específicas del cerebro responsables de regular ciertas actividades. Este método se utiliza frecuentemente para tratar problemas de control motor en personas con enfermedad de Parkinson.

"La parálisis de la mano y el brazo afecta significativamente la calidad de vida de millones de personas en todo el mundo", afirmó la autora principal del estudio, Elvira Pirondini, profesora asistente de medicina física en la Universidad de Pittsburgh. "En la actualidad, no contamos con soluciones efectivas para los pacientes que han sufrido un ACV o una lesión cerebral traumática, pero hay un creciente interés en utilizar neurotecnologías que estimulen el cerebro para mejorar las funciones motoras de las extremidades superiores".

El equipo propuso emplear la ECP para estimular una estructura profunda del cerebro conocida como tálamo motor, un área fundamental para el control del movimiento. Dado que esto no se había realizado antes, primero lo probaron en monos, que poseen conexiones similares a las de los humanos entre la corteza motora y los músculos.

Al activar la estimulación, los monos mostraron una notable mejora en la activación muscular y en la capacidad de agarre, sin experimentar movimientos involuntarios.

Luego, repitieron el procedimiento en un voluntario humano que ya estaba programado para recibir la ECP para tratar los temblores en el brazo causados por una grave lesión cerebral que había dejado ambos brazos paralizados.

Nuevamente, el rango y la fuerza de movimiento del participante mejoraron inmediatamente con la activación de la estimulación. Esta persona pudo levantar un peso moderadamente pesado y alcanzar, agarrar y levantar una taza para beber de manera más eficiente y suave que sin la estimulación.

Los hallazgos alentadores fueron publicados en la edición del 1 de octubre de la revista *Nature Communications*.

"La ECP ha transformado la vida de muchos pacientes", comentó el Dr. Jorge González-Martinex, autor principal del estudio y director del programa de epilepsia y trastornos del movimiento de la universidad. "Esto ofrece una nueva esperanza a millones de personas en todo el mundo".

El equipo ahora se encuentra trabajando en evaluar los efectos a largo plazo de la ECP y en determinar si la estimulación continua podría mejorar aún más la función del brazo y la mano en pacientes que han sufrido lesiones cerebrales traumáticas o accidentes cerebrovasculares.

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