Héctor se despide de 35 años como docente en educación especial

Con mucho amor y lleno de satisfacción termina su etapa como maestro de educación especial y da un paso a la jubilación.

Con 35 años como respaldo en el camino de la docencia, sentimientos encontrados y mucha satisfacción personal es que Héctor Javier Flores Pérez inició su jubilación a los 58 años de edad, luego de haberse entregado por completo a la educación especial de niños, niñas y adolescentes de Coahuila y con una ceremonia de despedida sus compañeros y familiares reconocieron su amplia trayectoria.

Después de trabajar durante décadas para la Unidad de Servicios de Apoyo a la Educación Regular (USAER) y universidades Héctor se percató era momento de despedirse de sus queridos alumnos quienes a lo largo de los años fueron su motor de vida y aunque no seguirá al frente de un aula continuarán siendo su motivo para creer que, la vida está llena de esperanzas y felicidad.

Inspiración. Una herida que de niño protagonizó fue la inspiración para que incursara en el camino de la docencia sobre todo para aquellos pequeños que a su parecer más lo requieren y con el sentimiento de ayudarlos e impulsarlos para salir adelante fue que, estudió la licenciatura en educación, psicología, problemas de aprendizaje y una maestría en educación e investigación educativa, estudios que, fueron su base para educar a alumnos con distintas discapacidades.

Trayectoria. Héctor es conocido en la localidad por trabajar para USAER 27, 151, Centro de Atención Múltiple número 13 y 15, escuela Monclova 400, Santiago de la Monclova, Benito Juárez, secundaria técnica 35, Emiliano Zapata, universidad Uane, Metropolitana entre otras, en todos tuvo la misma característica que lo definió un maestro dispuesto a entregar su corazón para que los menores aprendieran.

“Esta vida me deja muchas satisfacciones muy bonitas porque logre tocar vidas corazones y esa es la mayor satisfacción y pago que me llevo el haber tocado corazones, la educación está a medias y solamente enseñamos con la cabeza y se tiene que enseñar con el corazón para que sea significativo el aprendizaje” compartió.

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