Del 68 a Ayotzinapa, el eco de los movimientos estudiantiles en México hasta la actualidad
Hoy, 2 de octubre, se cumplen 56 años de la matanza de Tlatelolco, una tragedia que sigue resonando con tristeza en la memoria de México.
Aquel día, en la Plaza de las Tres Culturas, cientos de estudiantes que se manifestaban pacíficamente fueron reprimidos violentamente por el ejército y fuerzas del gobierno del entonces presidente Gustavo Díaz Ordaz.
A pesar de las investigaciones que aún continúan, el evento permanece como una de las peores represiones de la historia contemporánea del país.
El movimiento estudiantil que dio origen a las manifestaciones de 1968 surgió en respuesta a diversas inconformidades sociales, entre ellas, el descontento con la realización de los Juegos Olímpicos de ese año en la Ciudad de México. Mientras el gobierno se concentraba en mostrar una imagen de modernidad al mundo, muchos estudiantes señalaban que existían otras prioridades más urgentes en el país, como la desigualdad social y la falta de libertad política.
A pesar de las protestas, los Juegos Olímpicos se llevaron a cabo, pero el costo fue alto: La brutal represión en Tlatelolco marcó un antes y un después en la relación entre el Estado y los movimientos sociales.
En la actualidad, el país ha sido testigo de diversos movimientos estudiantiles, principalmente en el centro y sur de México. Afortunadamente, la mayoría de ellos no ha terminado en tragedia.
Sin embargo, el caso de los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa en 2014 sigue siendo una herida abierta, con investigaciones que, al igual que en el caso de Tlatelolco, no han dado respuestas claras ni justicia para las víctimas.
En Coahuila, los estudiantes también han alzado la voz en diversas ocasiones. En meses recientes, los alumnos de la Universidad Autónoma de Coahuila realizaron protestas pacíficas en el bulevar Venustiano Carranza, exigiendo mejoras y mostrando su inconformidad ante problemas internos de la institución.
Asimismo, los estudiantes de la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro han estado en protesta debido a la huelga de los trabajadores sindicalizados.
A diferencia de lo ocurrido en 1968, estos movimientos recientes han sido respetados dentro de un marco de legalidad por las autoridades estatales, quienes han garantizado la libre expresión mientras no afecte a terceros.
Sin embargo, la sombra de Tlatelolco sigue siendo un recordatorio trágico de lo que sucede cuando el diálogo se rompe y el autoritarismo se impone.
El 2 de octubre de 1968 sentó un precedente doloroso sobre la represión en regímenes autoritarios. Aunque otros mandatarios han enfrentado movimientos similares, ninguno ha dejado una cicatriz tan profunda en la historia contemporánea de México. Hoy, más que nunca, se recuerda a las víctimas y se reitera el compromiso de que "2 de octubre no se olvida".