Caerse se asocia con un mayor riesgo de demencia en las personas mayores

Más de 14 millones de personas mayores experimentan caídas cada año, y estos incidentes pueden tener un impacto significativo en sus vidas.

"La relación entre las caídas y la demencia parece ser bidireccional", afirmó Molly Jarman, autora principal de un estudio reciente que revela que el deterioro cognitivo puede incrementar el riesgo de caídas en personas mayores, mientras que las lesiones resultantes de estas caídas pueden acelerar el avance de la demencia. 

El estudio, dirigido por Jarman, subdirectora del Centro de Cirugía y Salud Pública del Hospital Brigham and Women's de Boston, destaca que las caídas son una de las principales causas de admisiones en centros de traumatología y la principal causa de lesiones en adultos mayores. 

"Por lo tanto, las caídas podrían servir como indicadores que nos ayuden a identificar a quienes requieren evaluaciones cognitivas más exhaustivas", añadió Jarman en un comunicado de prensa del hospital. 

El equipo de investigación analizó los datos de reclamaciones de Medicare de más de 2.4 millones de adultos mayores que sufrieron lesiones traumáticas y su estado un año después. 

La mitad de los pacientes se lesionaron debido a caídas, y entre ellos, un 10.6% fue diagnosticado con demencia posteriormente. Además, las caídas aumentaron en un 21% el riesgo de recibir un diagnóstico de demencia en el futuro. 

Por lo tanto, los investigadores sugieren que los adultos mayores que llegan al hospital tras una caída deberían someterse a una evaluación cognitiva, ya sea en la sala de emergencias o durante su estadía hospitalaria. Estas pruebas podrían permitir un tratamiento más temprano para quienes necesitan atención por deterioro mental.

A nivel nacional, 1 de cada 4 adultos mayores reporta caídas anualmente, lo que genera costos en atención médica que superan los $50 mil millones, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU.

El Dr. Alexander Ordoobadi, primer autor del estudio y residente de cirugía en Brigham and Women's, a menudo trata a pacientes que ingresan tras una caída. 

"Nos enfocamos en tratar las lesiones y brindar rehabilitación, pero frecuentemente pasamos por alto los factores de riesgo subyacentes que contribuyen a las caídas, a pesar de la creciente evidencia que sugiere una conexión entre estas y el deterioro cognitivo", indicó.

Lo ideal sería que los adultos mayores que sufren caídas reciban seguimiento por parte de un médico de atención primaria o un geriatra, especialista en el cuidado de personas mayores, que puedan evaluar sus habilidades cognitivas y su recuperación a largo plazo. Sin embargo, muchas personas mayores no tienen acceso a un médico de atención primaria ni a un geriatra, señaló.

"Nuestro estudio destaca la oportunidad de intervenir a tiempo y la necesidad de más médicos que puedan ofrecer atención integral a la población mayor", concluyó Ordoobadi.

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