Los malos olores en Ciudad Acuña no son causados por descargas de aguas residuales, sino por el bajo nivel del río Bravo y la descomposición de algas y maleza que quedan en la ribera. Las denuncias ciudadanas llevaron al Municipio a iniciar una investigación para determinar la causa de estos olores.
El alcalde Emilio De Hoyos presentó los resultados del estudio realizado por Protección Civil y el departamento de Ecología. “El monitoreo determinó que la fuente de olores extraños en la ciudad se debe al bajo nivel del río y a que la vegetación y algas acuáticas quedan expuestas, generando un olor diferente al del drenaje”, afirmó el edil.
Movilización de servicios. Desde temprano, varias cuadrillas de Bomberos y Protección Civil, bajo la dirección de Carlos Flores Diego, realizaron un monitoreo en sectores de la industria maquiladora, así como en la planta tratadora de aguas residuales y cárcamos.
CILA. Se determinó que no existe riesgo alguno para la población.
El monitoreo se llevó a cabo durante toda la mañana a lo largo de la ribera. Se consultó a fuentes de la Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA), quienes coincidieron con el dictamen. Precisan que, a partir del martes 24 de septiembre, la dirección de los vientos cambió de sureste a norte-noreste y noroeste, lo que podría haber influido en la percepción de los olores. Estos vientos han invertido su dirección y disminuido su velocidad en los últimos tres días.
El alcalde De Hoyos aseguró que, para tranquilidad de la población, la Dirección de Protección Civil y Bomberos continuará monitoreando esta situación de manera permanente, garantizando así la protección de los habitantes de Acuña. Gracias a la colaboración de diferentes departamentos y la consulta con expertos, se ha esclarecido que la situación no representa un riesgo para la salud pública.