Los abogados habían pedido mantener un monitoreo sobre el productor tras la negación de su libertad bajo fianza
Sean Combs, magnate de la música y rapero conocido en la industria del entretenimiento como Puff Diddy, quien enfrenta acusaciones de tráfico sexual, trata de personas y crimen organizado, ya no se encuentra bajo vigilancia por riesgo de suicidio. El músico permanece aislado en prisión preventiva en el Centro de Detención Metropolitano de Brooklyn.
El equipo legal de Diddy había solicitado su traslado debido a la peligrosidad del centro penitenciario, conocido por sus altos índices de conflictos entre los reclusos. Además, los abogados habían pedido mantener el monitoreo sobre el productor tras la negación de su libertad bajo fianza después de su arresto el 16 de septiembre, ya que se reportaba que estaba en estado de shock y su estado mental era incierto.
A pesar de la incertidumbre legal que enfrenta el rapero, un miembro de su equipo aseguró a la revista "People" que su cliente se encuentra fuerte. "Se está concentrando en su defensa y preparándose para su juicio", mencionó.
Diddy se ha declarado inocente de todos los cargos y ha recibido visitas de algunos de sus familiares.
La acusación formal presentada por el fiscal del distrito sur de Nueva York, Damian William, revela que Combs habría utilizado sus recursos, influencias y empleados para abusar de sus víctimas.
En el documento se señala que se creó una “empresa criminal cuyos miembros y asociados participaron o intentaron participar, entre otros delitos, en tráfico sexual, trabajos forzados, secuestro, incendio provocado, soborno y obstrucción de la justicia".
Semanas atrás, las autoridades federales de Estados Unidos realizaron redadas en las propiedades del artista en Los Ángeles y Miami, en el marco de la investigación por tráfico sexual.