Con arneses de seguridad bien ajustados, su prioridad es regresar a casa con su familia.
Pablo González se prepara para enfrentar uno de los desafíos de su día: subir 15 metros de altura para reparar el anuncio de una tienda de conveniencia. Antes de comenzar, asegura cada detalle de su equipo de seguridad, ajustando arneses alrededor de su cintura y entrepiernas.
"Todo trabajo es peligroso, especialmente si no tomas las precauciones necesarias. Siempre debes protegerte para regresar sano y salvo con tu familia", aconseja mientras se alista para la tarea.
Su labor requiere destornillar el anuncio y asegurarlo para que una grúa lo baje. Después, coloca el nuevo letrero, lo ajusta cuidadosamente y lo atornilla en su lugar. Aunque no es un trabajo sencillo, Pablo, con una sonrisa llena de valentía, comenta que "con el tiempo te acostumbras".
A pesar del riesgo, Pablo admite que su salario no aumenta por hacer esta peligrosa tarea, pero su enfoque está en regresar a casa cada día. Su historia es solo una entre tantas en oficios de alto riesgo, como los de policías, taxistas y otros trabajadores que, al igual que él, enfrentan peligros diariamente.