Un estudio reciente ha confirmado que el tráfico aéreo puede tener un impacto significativo en la calidad del sueño de las personas que viven cerca de aeropuertos. Según la investigación publicada el 25 de septiembre en *Environmental Health Perspectives*, el ruido nocturno de los aviones aumenta la probabilidad de que las personas se muevan durante la noche y altera sus ciclos de sueño, provocando que se duerman y se despierten a horas irregulares.
El investigador principal, Xiangpu Gong de la Universidad de Leicester, destacó que un mayor ruido de aeronaves está relacionado con una disminución en la calidad del sueño, a menudo sin que las personas sean conscientes de ello. Este tipo de trastornos del sueño puede tener efectos negativos a largo plazo en la salud, lo que subraya la necesidad de que las políticas públicas aborden la contaminación acústica generada por los aviones.
El estudio analizó a más de 80,000 personas que residían cerca de cuatro grandes aeropuertos en el Reino Unido: Heathrow, Gatwick, Manchester y Birmingham. Los participantes utilizaron dispositivos de muñeca para monitorear sus patrones de sueño y también completaron cuestionarios sobre su calidad de sueño. Los datos fueron comparados con mapas de ruido de la Autoridad de Aviación Civil del Reino Unido.
Los hallazgos revelaron que las personas expuestas a niveles más altos de ruido aéreo tendían a tener un sueño más inquieto y ciclos de sueño irregulares, aunque pasaban aproximadamente el mismo tiempo en la cama. Gong advirtió que los patrones de sueño deficientes se han asociado con un mayor riesgo de problemas de salud mental, así como con condiciones como diabetes y obesidad.
Anna Hansell, también de la Universidad de Leicester, enfatizó la importancia de considerar estos resultados al evaluar la posibilidad de aumentar la cantidad de vuelos nocturnos, ya que esto podría agravar los problemas de sueño y, en última instancia, afectar la salud de los residentes cercanos.