El primero de los movimientos, nació en la década de los 70, específicamente en el año 1973
Saltillo, 25/09/24 (Más).- Pocos saben que Saltillo se erigió por cuatro rebeliones, tres de ellas a cargo de estudiantes, quienes lucharon contra dictaduras y la opresión de la elite. Hoy en día, de eso se sabe poco, desde la historia, hasta llevarla a la práctica.
Jorge Arturo Estrada García, periodista con más de 40 años de trayectoria, a través de su libro ‘Movimientos Sociales en Saltillo 1974 al 1984’ relata cómo cada una de estas manifestaciones logró cambios invaluables en la ciudad.
En entrevista menciona que la necesidad de conocer lo que es, gracias a lo que fue realizó una tesis mientras cursaba la carrera de Historia en la Universidad Autónoma de Coahuila, hace no más de cuatro años, de ahí y en base a la investigación exhaustiva que realizó pudo lograr entender y recopilar los hechos históricos que ahora están plasmados en su obra.
Explica que el primero de los movimientos, nació en la década de los 70, específicamente en el año 1973, a cargo de los estudiantes de la entonces Universidad de Coahuila y quienes demandaron la autonomía de esta para desligarse del gobierno.
Un movimiento que solo constó de 11 días. Durante ese tiempo, relata, los jóvenes que iban de los 17 a los 24 años cerraron calles, carreteras, volantearon para dar a conocer sus causas, tomaron medios de comunicación para difundir el mensaje y se terminaron ganando a la población, quien los apoyó hasta lograr su cometido.
Estrada García explica que en aquellos tiempos los empleos eran mal pagados, por lo que las familias vivían en grandes casas que se convirtieron vecindades, con bajos salarios y sin existir otras oportunidades que no fueran en Grupo Industrial Saltillo, que a comparación de la carencia con la que vivían sus trabajadores, los dueños se encontraban en una buena racha que logró una expansión que fue rápidamente de 3 a más de 2 mil trabajadores.
Ante las carencias, empleos mal pagados, tener un patrimonio resultaba difícil. En esas condiciones se gestó la segunda rebelión, conocida como el Movimiento Urbano Popular.
El periodista relata que los mismos pobladores que apoyaron el movimiento estudiantil previo tuvieron su beneficio un año después, pues en 1974, esos mismos profesionistas ayudaron para que las familias más desfavorecidas obtuvieran un terreno y así establecieran su vivienda, además brindaron asesoría legal para que fuera oficialmente su patrimonio.“Entonces ellos dicen: ‘Vamos a ayudar a los colonos que querían invadir terrenos y que los empezaron a invadir’. En ese entonces surgieron 20 colonias con terrenos invadidos, se hicieron fraccionamientos”, cuenta.
Otro movimiento comenta, fue el de los trabajadores de Cinsa-Cifunsa, quienes se vieron afectados por mucho tiempo con un salario bajo, menor al de la ley, en donde nuevamente estos mismos estudiantes ayudaron a que los trabajadores pudieran alzar la voz, siendo asesorados por los ahora profesionistas, quienes ayudaron a defender sus derechos y lograr su cometido.“Estamos hablando de los 70, entonces teníamos empleos mal pagados en la Cinsa, porque o trabajabas en el Grupo Industrial Saltillo o no trabajabas, porque la otra era Zincamex, pero era del gobierno y entrabas con palanca y la otra era International Harvester, ahora John Deere”, agregó.
El periodista considera que las victorias de esos movimientos sociales fueron espectaculares y cambiaron lo que antes existía.
La cuarta rebelión se dio casi a mediados de los años 80, con el denominado Movimiento Pro Dignificación de la Universidad Autónoma de Coahuila a raíz de la elección de rector.“Ese mismo día, antes de que se diera a conocer la victoria de Valeriano Valdés, Armando Fuentes Aguirre ‘Catón’ y Jaime Martínez Veloz ‘Jimmy’, convocaron a una concentración de universitarios en la explanada de la rectoría. En ella, expusieron su total rechazo a la imposición y también su indignación por el proceso electoral que consideraron viciado y antidemocrático. Exigieron la anulación de las elecciones”, narra Estrada García en su libro.
Ese movimiento que duró semanas, logró la destitución del rector que los estudiantes consideraban impuesto y al año siguiente fueron convocadas nuevas elecciones en las que obtuvo el cargo Jaime Isaías Ortiz, director de la Facultad de Ciencias Químicas.
Y de aquellas rebeliones del pasado quedó algo de recuerdo cuando, el año pasado, un grupo de estudiantes del Instituto Tecnológico de Saltillo se movilizaron y cerraron una de las principales vialidades de la ciudad, el bulevar Venustiano Carranza, para exigir respeto a su institución y mejoras en las instalaciones.