Una investigación reciente ha revelado que dos síntomas importantes que pueden aparecer poco después de un diagnóstico de esclerosis múltiple (EM) podrían predecir la velocidad de progresión de la enfermedad y ayudar a determinar las mejores opciones de tratamiento. Estos síntomas son la visión borrosa y la disfunción del esfínter de la vejiga o los intestinos, que no se presentan en todos los pacientes al inicio.
Cuando estos síntomas se manifiestan rápidamente, los pacientes pueden tener un mayor riesgo de desarrollar discapacidades más severas a lo largo del tiempo, según el Dr. João Pedro Gonçalves, autor principal del estudio de la Universidad Federal de Bahía en Brasil. Esta información es crucial para los profesionales de la salud al establecer estrategias de tratamiento iniciales y protocolos de seguimiento.
El estudio incluyó a 195 pacientes con EM, cuyas manifestaciones iniciales fueron registradas por los investigadores. El seguimiento del resultado funcional se realizó mediante la Escala Ampliada del Estado de Discapacidad (EDSS), una herramienta estándar para evaluar la discapacidad en pacientes con esta enfermedad.
Los hallazgos mostraron que los pacientes con visión borrosa al inicio tenían un 20% más de probabilidades de experimentar peores resultados funcionales a largo plazo en comparación con aquellos que no presentaron este síntoma. Además, los pacientes que sufrieron disfunción del esfínter al principio tenían un 24.5% más de probabilidad de desarrollar una discapacidad grave posteriormente.
Otros síntomas de inicio temprano, como la parálisis aguda y la hipoestesia (entumecimiento), no mostraron una relación con peores resultados, lo cual contrasta con hallazgos de estudios previos.
Los investigadores aún no han determinado por qué la visión borrosa y la disfunción del esfínter pueden indicar una forma más agresiva de la enfermedad, aunque sugieren que podrían reflejar un daño más extenso en el sistema nervioso central.
Se requiere más investigación para explorar cómo estos hallazgos pueden influir en las decisiones de tratamiento. Gonçalves comentó que estos descubrimientos podrían cambiar la manera en que se toman decisiones iniciales sobre el tratamiento de la EM, permitiendo intervenciones más agresivas en pacientes identificados con un mayor riesgo de discapacidad grave desde el comienzo de la enfermedad.