Los campeonatos de bofetadas, que se han vuelto virales y atraen la atención de millones en internet, han evolucionado de una actividad marginal a un fenómeno masivo. En estas competiciones, dos participantes se golpean mutuamente en la cara con las manos abiertas y sin protección, hasta que uno no puede continuar o los jueces declaran un ganador.
Mientras que para muchos esto puede ser un espectáculo emocionante, otros comienzan a expresar preocupaciones médicas. Un reciente estudio académico, pionero en su tipo, ha destacado los riesgos neurológicos a corto y largo plazo que enfrentan los competidores, generando un debate sobre la regulación de este "deporte".
Publicado en la revista JAMA Surgery y realizado por la Facultad de Medicina de la Universidad de Pittsburgh, el estudio presenta un análisis detallado de los peligros neurológicos potenciales que enfrentan los participantes en estas peleas.
Dirigido por el investigador Raj Swaroop Lavadi, el equipo analizó 333 secuencias de video de competiciones profesionales en busca de signos de conmociones cerebrales y otros síntomas neurológicos visibles. Los hallazgos han generado alarma en la comunidad médica.
"Si bien estas peleas pueden parecer entretenidas para muchos, los riesgos desde la perspectiva de la neurocirugía son preocupantes", afirmó Lavadi. "El objetivo es evaluar estos deportes para hacerlos más seguros y prevenir lesiones graves. No podemos prohibirlo, pero sí educar y crear conciencia sobre los peligros".
### Datos alarmantes sobre conmociones cerebrales
Los resultados del estudio revelan cifras inquietantes: más del 50% de los competidores mostró signos visibles de conmociones cerebrales después de recibir un golpe. Entre los síntomas más comunes se encontraron la pérdida temporal de conciencia, movimientos descoordinados, miradas perdidas y dificultad para levantarse tras ser derribados. En casi el 80% de los combates analizados, al menos un competidor presentó algún síntoma relacionado con conmociones cerebrales.
Los datos también indican que casi el 40% de las bofetadas resultaron en mala coordinación motora, mientras que un tercio de los competidores mostró una mirada vacía, un claro indicio de impacto neurológico. En más del 25% de las secuencias, los luchadores tardaron en recuperarse y volver a ponerse de pie, lo que refleja el grado de aturdimiento y daño cerebral que experimentaron.
### Llamado a la regulación y preocupaciones médicas
El Dr. Nitin Agarwal, coautor del estudio y profesor asociado de neurocirugía en la Universidad de Pittsburgh, advirtió que estos resultados son una clara señal de alerta sobre los peligros de las peleas de bofetadas. "Las conmociones cerebrales pueden tener efectos devastadores a corto y largo plazo, y la frecuencia con la que las hemos observado en estas peleas es preocupante", subrayó Agarwal. “Estos daños pueden resultar en discapacidades físicas y cognitivas permanentes, afectando la salud, calidad de vida y estabilidad socioeconómica de los participantes”.
El equipo de investigación está trabajando en un segundo estudio que utilizará sensores similares a los de los jugadores de fútbol americano para medir el impacto físico de las bofetadas en tiempo real. Estos datos, junto con el análisis de video, serán cruciales para informar a participantes, jueces y médicos sobre los riesgos involucrados y para proponer normas de seguridad más estrictas en el futuro.