La resistencia a los antimicrobianos (AMR) se ha convertido en un grave problema de salud pública global. Un reciente estudio publicado en The Lancet muestra que en 2021, la AMR causó 4.71 millones de muertes a nivel mundial, de las cuales 1.14 millones fueron directamente atribuidas a infecciones resistentes. Estas cifras subrayan la seriedad del problema, que podría empeorar drásticamente en las próximas décadas.
Magnitud del problema y proyecciones para 2050
El análisis, que abarca desde 1990 hasta 2021 y examina 22 patógenos y 84 combinaciones patógeno-fármaco en 204 países, revela una tendencia alarmante. Se estima que para 2050, las muertes atribuibles a AMR podrían llegar a 1.91 millones, y las muertes asociadas podrían ascender a 8.22 millones a nivel global. En total, la AMR podría causar más de 39 millones de muertes entre 2025 y 2050 si no se toman medidas políticas decisivas.
Un informe del Global Research on Antimicrobial Resistance (GRAM) advierte que la situación podría empeorar sin políticas efectivas para controlar la propagación de infecciones resistentes.
Patógenos clave y bacterias resistentes
Entre los patógenos más preocupantes en términos de AMR se encuentran el Staphylococcus aureus resistente a meticilina (MRSA) y las bacterias Gram-negativas resistentes a los carbapenems, que son antibióticos de último recurso. Estos microorganismos han desarrollado mecanismos de resistencia que complican el tratamiento de infecciones y aumentan las complicaciones y muertes.
El estudio indica que las infecciones por MRSA causaron 130,000 muertes en 2021, más del doble de las 57,200 muertes reportadas en 1990. La resistencia a los carbapenems en bacterias Gram-negativas también ha mostrado un aumento alarmante.
Estrategias y soluciones urgentes
El estudio destaca la necesidad urgente de medidas efectivas para combatir la AMR. Las soluciones clave incluyen la prevención de infecciones, el acceso a tratamientos de calidad, y el desarrollo de nuevos antibióticos, especialmente para bacterias Gram-negativas. La inteligencia artificial también se presenta como una herramienta crucial para acelerar el descubrimiento de nuevos antibióticos, lo que podría reducir significativamente los tiempos de desarrollo.
Otras estrategias recomendadas incluyen la vacunación, mejoras en el acceso al agua potable y saneamiento, y el desarrollo de tecnologías médicas que optimicen los diagnósticos y tratamientos. Según los investigadores, la implementación de nuevas terapias y un manejo adecuado de los antibióticos podrían prevenir hasta 92 millones de muertes para 2050.
La resistencia a los antimicrobianos es una amenaza creciente que podría tener consecuencias devastadoras si no se toman medidas inmediatas. Para 2050, millones de vidas podrían estar en riesgo debido a la incapacidad de los tratamientos actuales para controlar infecciones resistentes. Es crucial que gobiernos, instituciones de salud y la sociedad en general trabajen juntos para enfrentar este desafío, asegurando que las generaciones futuras puedan seguir beneficiándose de los avances médicos actuales.