Por primera vez, los científicos han detectado microplásticos microscópicos en el cerebro humano. Un estudio realizado por investigadores de Alemania y Brasil ha revelado que en 8 de los 15 adultos que fueron sometidos a autopsias, se encontraron microplásticos en el bulbo olfativo, la parte del cerebro responsable del sentido del olfato.
Se cree que estas partículas se inhalaron a lo largo de la vida, ya que los microplásticos están presentes en el aire. Aunque ya se habían encontrado microplásticos en órganos como pulmones, intestinos, hígado, sangre, testículos e incluso en el semen, se pensaba que la barrera hematoencefálica protegía al cerebro de estas partículas.
El estudio, liderado por Luis Fernando Amato-Lourenco de la Universidad Libre de Berlín y Thais Mauad, profesor asociado de patología en la Universidad de Sao Paulo, sugiere que los microplásticos pueden llegar al cerebro a través del bulbo olfativo, una vía potencial que no se había considerado anteriormente. Los resultados se publicaron el 16 de septiembre en la revista JAMA Network Open.
Mauad, del Consejo de Salud del Plástico, destacó la preocupación por la capacidad de las partículas para ser absorbidas por las células y alterar el funcionamiento del cuerpo. El estudio analizó tejidos cerebrales de 15 personas fallecidas en Sao Paulo, con edades entre 33 y 100 años, encontrando un total de 16 partículas y fibras de plásticos sintéticos en el bulbo olfativo de 8 de los casos.
El plástico encontrado incluye polipropileno, un material común en empaques y productos del hogar, lo que sugiere que los ambientes interiores podrían ser una fuente importante de microplásticos inhalados.
Amato-Lourenco y su equipo explican que los microplásticos pueden ingresar al cerebro a través de pequeñas perforaciones en los huesos del bulbo olfativo, interactuando con el líquido cefalorraquídeo y siendo transportados por el nervio olfativo.
El Dr. Wells Brambl, profesor de toxicología médica del Centro Médico Judío de Long Island, subraya que la falta de barrera hematoencefálica en esta región permite el acceso directo de las partículas al cerebro. Aunque se sabe que el bulbo olfativo puede acumular partículas de carbono negro de la contaminación y, en casos raros, amebas que causan encefalitis, este estudio añade microplásticos a esa lista.
El impacto de estos microplásticos en la salud cerebral aún no está claro, pero el equipo de investigación advierte sobre el potencial riesgo neurotóxico y la necesidad de más estudios. Brambl sugiere que, aunque aún no se han realizado estudios prospectivos a largo plazo, el hallazgo plantea una seria preocupación de salud pública y merece una consideración más profunda.