Desde los 13 o 14 años tienen esa posibilidad, no importa si su pareja lo aprueba o no.
Las jovencitas desde los 13 o 14 años tienen la posibilidad de aplicarse un método anticonceptivo si su pareja lo aprueba, sin importar que este también sea menor de edad, declaró Ángel García, director del hospital Amparo Pape de Benavides.
El médico recordó cómo en el hospital han atendido partos en adolescentes de 13 años, y hay quienes deciden aplicarse el diu o implante luego de que su pareja lo aprobara, recordando que, para ello, ya viven en unión libre como si fuera un matrimonio. Para que los menores de edad puedan decidir si a la mujer se aplica un método anticonceptivo como el diu, implante o inyecciones, ambos deben vivir como una pareja establecida, sin la supervisión de padres de familia.
El médico sostuvo que se trata de un derecho que no se les puede negar bajo ninguna circunstancia, ya que el cuidado de su vida sexual es una responsabilidad que recae sobre ellos, y es evidente que muestran un interés genuino en asumirla de manera adecuada. Por este motivo, es fundamental que se les brinde la atención necesaria para garantizar que puedan ejercer su sexualidad de manera responsable y segura.
Además, el médico subrayó que esta atención es clave para prevenir embarazos a temprana edad, lo que no solo tiene un impacto en la vida de los jóvenes, sino también en su entorno familiar y social, ya que evita situaciones que podrían comprometer su desarrollo personal y académico, así como su bienestar emocional. Sin embargo, para aquellas jovencitas que aún viven con sus padres, el proceso para acceder a dicho derecho se complica, ya que es indispensable contar con la aprobación de sus tutores legales.
En caso de que estos no otorguen su consentimiento, las jóvenes no podrán ser consideradas candidatas para ejercer dicho derecho y se verán obligadas a esperar hasta alcanzar la mayoría de edad. Esto genera una situación en la que su autonomía se encuentra limitada por la decisión de sus padres o responsables legales, lo que puede ocasionar frustración y un sentimiento de dependencia que les impide tomar decisiones de manera independiente.