El huracán Beulah: Del 5 al 22 de septiembre de 1967

Una de las fuerzas más devastadoras que a azotado a Monclova y la Región Centro del Estado. 

A lo largo de la historia, en nuestra ciudad se han presentado grandes tormentas y tempestades, provocando  inundaciones, caídas de casas y pérdidas humanas. Año con año, en los meses de julio, agosto y septiembre principalmente, llegan las torrenciales lluvias, que a veces se convierten en verdaderas catástrofes.

De los registros más antiguos tenemos el de 1745, en que en el mes de mayo se registró una fuerte granizada que no dejó árbol con hojas en toda la región centro de nuestro estado.
Después, en 1751, el Notario de los inquisidores escribió una carta  que se conserva el original en el Archivo Histórico de la Nación, diciendo lo siguiente: "Como a las cuatro de la tarde, estando el día sereno, de repente se puso una nube de la parte poniente, de la que envuelta en una horrorosa tempestad de aire, cayó granizo por término de una hora, y en ella no quedó en toda la villa, parra, ni árbol que hasta hoy sirva, pues se llora y llorará tal ruina".
Para el año de 1802, las bóvedas de la gran parroquia de Santiago Apóstol se vinieron abajo debido a una larga temporada de lluvias que asolaron la región, por lo que el obispo de Monterrey ordena al arquitecto francés Jean Crouset haga los nuevos planos y proceda a cerrarlas.
En el año de 1887 llovió de manera intensa durante 48 horas seguidas, tanto en la Capital del Acero como la Región Centro, "Una lluvia constante, fuerte, implacable; un verdadero diluvio que causó espanto y consternación en la ciudad". Nada más en esta ciudad se desplomaron más de 100 casas, "con la avenida se ahogó mucho ganado y se perdieron cosechas".  Otras casas de adobe se evacuaron por temor a venirse abajo. En Sacramento no se escaparon ni los cadáveres; el agua penetró el panteón desenterrando esqueletos y ataúdes".

EL HURACAN BEULAH. El huracán Beulah comenzó inofensivamente el 5 de septiembre de 1967 como depresión tropical en las Islas Barlovento, cerca de Martinica, atravesó el mar Caribe, pasa la península de Yucatán y siguió su paso por todo el Golfo de México, hasta llegar a tocar tierra en puntos cercanos a Brownsville Tx y Matamoros Tamaulipas a principios del día 19 de septiembre, adentrándose en Texas, para luego dar un vuelco y terminar en la región noreste de nuestro país, entrando a principios del día 21 por el sureste de Nuevo Laredo, disolviéndose el huracán en las montañas cercanas a Monterrey, N.L., luego siguió su rumbo a los municipios de Tamaulipas, Nuevo León y Coahuila. Fuertes vientos y tormentas ininterrumpidas fueron la constante en todo su trayecto, dejando una estela de desolación, derrumbes de casas, pérdidas humanas, animales muertos, con un costo aproximado de 1500 millones de dólares durante todo su trayecto.
Aquí en nuestra ciudad y la región centro del estado de Coahuila, hace 57 años, las cosas no fueron sencillas.
Se perdió comunicación vía terrestre con Sabinas al Norte y con Monterrey y Saltillo hacia el sur, por estar gravemente dañadas las carreteras. El río Monclova tuvo una de las más grandes avenidas en su historia. Los habitantes de las colonias Hipódromo, Las Flores y las que están en la zona oriente de nuestro municipio no podían pasar hacia el centro. En frontera no llegaba el tren de pasajeros procedente de Saltillo, la causa fueron unos deslaves entre Espinazo y Baján.
El puente sobre el río Monclova en Estancias se colapsó en una parte, no pudiendo pasar nadie por la carretera 57. Se cortó el suministro eléctrico. Los niños no acudieron en esos días a la escuela, primero por lo fuerte de los vientos y las lluvias y luego por el peligro de que se vinieran abajo los techos de sus salones de clase. Los trabajadores de las diferentes empresas no pudieron trasladarse a sus lugares de trabajo y Altos Hornos de México estuvo funcionando a niveles mínimos en esos días. Las puertas del recinto de la 147 se abrieron para todos los trabajadores que quedaron incomunicados o no pudieron reunirse con sus familias. Se interrumpió el suministro telefónico, restableciéndose las llamadas locales y las de larga distancia con algunas dificultades. El Dr. Carlos Valdez Hernández, presidente municipal de Monclova, supervisó todas las maniobras de auxilio, al día 22 de septiembre continuaba la lluvia muy fuerte. Debido a lo peligroso de las aguas del río Monclova, patrullas de policía y tránsito y el ejército patrullan para que nadie cruce el río, hasta nueva orden. La ciudadanía se concientizó, en conjunto con las empresas y los negocios: la Cámara Nacional de Comerció donó tres mil blocks, la Unión de Comerciantes en cerveza vinos y licores tres mil blocks, alumnos de la Academia Comercial México, ropa víveres y medA lo largo de la historia, en nuestra ciudad se han presentado grandes tormentas y tempestades, provocando  inundaciones, caídas de casas y pérdidas humanas. Año con año, en los meses de julio, agosto y septiembre principalmente, llegan las torrenciales lluvias, que a veces se convierten en verdaderas catástrofes.
De los registros más antiguos tenemos el de 1745, en que en el mes de mayo se registró una fuerte granizada que no dejó árbol con hojas en toda la región centro de nuestro estado.
Después, en 1751, el Notario de los inquisidores escribió una carta  que se conserva el original en el Archivo Histórico de la Nación, diciendo lo siguiente: "Como a las cuatro de la tarde, estando el día sereno, de repente se puso una nube de la parte poniente, de la que envuelta en una horrorosa tempestad de aire, cayó granizo por término de una hora, y en ella no quedó en toda la villa, parra, ni árbol que hasta hoy sirva, pues se llora y llorará tal ruina".
Para el año de 1802, las bóvedas de la gran parroquia de Santiago Apóstol se vinieron abajo debido a una larga temporada de lluvias que asolaron la región, por lo que el obispo de Monterrey ordena al arquitecto francés Jean Crouset haga los nuevos planos y proceda a cerrarlas.
En el año de 1887 llovió de manera intensa durante 48 horas seguidas, tanto en la Capital del Acero como la Región Centro, "Una lluvia constante, fuerte, implacable; un verdadero diluvio que causó espanto y consternación en la ciudad". Nada más en esta ciudad se desplomaron más de 100 casas, "con la avenida se ahogó mucho ganado y se perdieron cosechas".  Otras casas de adobe se evacuaron por temor a venirse abajo. En Sacramento no se escaparon ni los cadáveres; el agua penetró el panteón desenterrando esqueletos y ataúdes".
En Castaños dejó alrededor de 196 casas derrumbadas y alrededor de 600 personas quedaron sin hogar, quedando resguardados los damnificados en la Presidencia Municipal, el Centro Cívico General Jesús Carranza, la Escuela primaria Dr. Rafael Cepeda, en el Cine Castaños y en el Club de Leones del municipio. Castaños quedó incomunicado de Monclova debido a fuertes deslaves en la carretera y la crecida de arroyos, quedando también averiado el puente grande sobre la carretera 57. Todo esto lo informó el presidente municipal J. Guadalupe Villanueva. En Frontera ocho casas fueron completamente destruidas por el agua. San Buenaventura y Cuatro Ciénegas quedaron incomunicados vía terrestre con Monclova. 
Cuantiosas pérdidas sufrieron los ejidatarios de los municipios de la región centro de nuestro estado de Coahuila, perdiendo algunos sus casas, animales y sembradíos. Gran desconcierto causó entre los socorristas de la Cruz Roja Mexicana delegación Monclova, la muerte de su compañero Daniel Campos Ontiveros, quien perdió la vida al tratar de salvar a una persona que se encontraba en peligro al querer atravesar las caudalosas aguas del río Monclova. Poco antes de las dos de la mañana del 22 de septiembre se recibió un llamado urgente pidiendo la inmediata intervención de los socorristas de la benemérita Cruz Roja. El escenario fue en un lugar del río Monclova cerca de El Conejo en el que dos choferes y nueve socorristas, entre ellos Daniel Campos Ontiveros, acudieron al llamado con el objeto de rescatar de entre las aguas turbulentas del rio Monclova a un chofer de nombre Tomas Rodríguez. El voluntarioso y arrojado Daniel se abalanzó a rescatar a Tomas, pero desafortunadamente lo fuerte de las aguas lo arrastraron, perdiendo la vida. Su cuerpo fue llevado a Saltillo para embalsamarlo para luego regresarlo a su natal Monclova, en donde se le darían sus honras fúnebres. La parroquia de Santiago en Monclova fue escenario de su última misa a la que acudieron cientos de personas. El presidente municipal y el Cabildo en turno, decidieron poner su nombre a una calle, como homenaje póstumo a quien ofrendó su vida en aras de un deber que la sociedad le había impuesto y el cual cumplió con decoro y plenitud.
El huracán Beulah fue uno de los meteoros más devastadores que han azotado a nuestra región y hoy en día todavía hay mucha gente que recuerda aquellos momentos tan difíciles de septiembre de 1967.
icamentos, Sr. Ernesto Cantú, madera, Sr. José E. Glez. Ballesteros 500 blocks, entre otros muchos. En Castaños dejó alrededor de 196 casas derrumbadas y alrededor de 600 personas quedaron sin hogar, quedando resguardados los damnificados en la Presidencia Municipal, el Centro Cívico General Jesús Carranza, la Escuela primaria Dr. Rafael Cepeda, en el Cine Castaños y en el Club de Leones del municipio. Castaños quedó incomunicado de Monclova debido a fuertes deslaves en la carretera y la crecida de arroyos, quedando también averiado el puente grande sobre la carretera 57. Todo esto lo informó el presidente municipal J. Guadalupe Villanueva. En Frontera ocho casas fueron completamente destruidas por el agua. San Buenaventura y Cuatro Ciénegas quedaron incomunicados vía terrestre con Monclova. Cuantiosas pérdidas sufrieron los ejidatarios de los municipios de la región centro de nuestro estado de Coahuila, perdiendo algunos sus casas, animales y sembradíos. Gran desconcierto causó entre los socorristas de la Cruz Roja Mexicana delegación Monclova, la muerte de su compañero Daniel Campos Ontiveros, quien perdió la vida al tratar de salvar a una persona que se encontraba en peligro al querer atravesar las caudalosas aguas del río Monclova. Poco antes de las dos de la mañana del 22 de septiembre se recibió un llamado urgente pidiendo la inmediata intervención de los socorristas de la benemérita Cruz Roja. El escenario fue en un lugar del río Monclova cerca de El Conejo en el que dos choferes y nueve socorristas, entre ellos Daniel Campos Ontiveros, acudieron al llamado con el objeto de rescatar de entre las aguas turbulentas del río Monclova a un chofer de nombre Tomás Rodríguez. El voluntarioso y arrojado Daniel se abalanzó a rescatar a Tomás, pero desafortunadamente lo fuerte de las aguas lo arrastraron, perdiendo la vida. Su cuerpo fue llevado a Saltillo para embalsamarlo para luego regresarlo a su natal Monclova, en donde se le darían sus honras fúnebres. La parroquia de Santiago en Monclova fue escenario de su última misa a la que acudieron cientos de personas. El presidente municipal y el Cabildo en turno, decidieron poner su nombre a una calle, como homenaje póstumo a quien ofrendó su vida en aras de un deber que la sociedad le había impuesto y el cual cumplió con decoro y plenitud.
El huracán Beulah fue uno de los meteoros más devastadores que han azotado a nuestra región y hoy en día todavía hay mucha gente que recuerda aquellos momentos tan difíciles de septiembre de 1967.

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