SER MEXICNAO
Día de la Independencia de México, este 16 de septiembre nos ofrece la oportunidad de reflexionar sobre lo que significa ser mexicano, particularmente en un contexto de transformación global, y en un país que sigue definiendo su esencia en el cruce de caminos entre tradición, modernidad y resistencia.
Octavio Paz, en su obra El laberinto de la soledad, propuso una de las reflexiones más profundas sobre el carácter mexicano:
"El mexicano puede doblarse, humillarse, 'agacharse', pero no 'rajarse', es decir, no romperse". Paz observa que el mexicano es alguien que se enfrenta al sufrimiento con estoicismo y reserva, pero, al mismo tiempo, con una resistencia interior que lo hace perdurar. Esta identidad de resistencia ha sido moldeada por siglos de opresión y lucha, desde la Conquista hasta la Revolución.Por su parte, Samuel Ramos, en El perfil del hombre y la cultura en México, señala la complejidad psicológica que define al mexicano, hablando de una "imitación servil" de lo extranjero, pero también de un impulso de afirmación nacional. "El mexicano siente el complejo de inferioridad porque se ha medido con patrones ajenos a su naturaleza", dice. Esta reflexión pone en evidencia la lucha interna que muchas veces ha acompañado la identidad nacional: el equilibrio entre la admiración por lo ajeno y la búsqueda de autenticidad. José Vasconcelos, visionario del mestizaje como elemento esencial de la identidad mexicana, declaró en su ensayo La raza cósmica, que "México es el crisol donde las razas del mundo vienen a mezclarse para dar origen a un nuevo tipo humano, capaz de trascender los conflictos del pasado". En su visión, el mestizaje es fuente de orgullo y esperanza, una afirmación del potencial creativo y unificador de la cultura mexicana, capaz de sintetizar lo mejor de sus raíces prehispánicas y europeas. Carlos Fuentes, en su libro El espejo enterrado, también aborda el tema de la identidad mexicana desde una perspectiva histórica y cultural, señalando que "ser mexicano es sentirse extranjero en todas partes y, sin embargo, saberse en casa en México". Esta frase resume el sentimiento de pertenencia y, al mismo tiempo, la tensión interna entre lo local y lo global, una dualidad que caracteriza a muchos mexicanos que viven entre dos mundos, ya sea físicamente, como en el caso de los migrantes, o simbólicamente, a través de sus interacciones con lo extranjero.Finalmente, Elena Poniatowska, en sus múltiples escritos sobre México, ofrece una visión íntima de lo que significa ser mexicano, especialmente desde la perspectiva de los marginados y las mujeres. En su libro La noche de Tlatelolco, Poniatowska describe el dolor colectivo de un país que se enfrenta a la represión y al abuso del poder, pero que al mismo tiempo se niega a ser derrotado: "En México, llorar es también una forma de resistir", afirma, haciendo alusión a que la identidad mexicana está profundamente ligada a la resistencia frente a la adversidad, a la capacidad de sobreponerse al sufrimiento y a la injusticia con dignidad y valor. Ser mexicano en 2024 implica habitar un espacio de tensiones históricas y culturales, pero también de esperanza y renovación. Como lo ha sido siempre, ser mexicano es un acto de afirmación constante, una voluntad de existir frente a las vicisitudes del mundo. En el fondo, México sigue siendo ese "espejo enterrado" de Fuentes, un país donde el pasado nunca está realmente muerto, sino que se transforma en el presente, recordándonos quiénes somos y hacia dónde queremos ir. Y este 16 de septiembre, como en cada año, la nación reafirma su deseo de seguir adelante, con una identidad en constante construcción, pero que nunca ha dejado de estar orgullosamente viva.
¿O usted qué opina?