Este icónico personaje ha sido uno de los tesoros del Mercado Zaragoza y de Piedras Negras desde los años 50.
Su nombre es Rubén Castillo Juárez, pero es ampliamente conocido como “El Pingüino Mayor”. Este icónico personaje ha sido uno de los tesoros del Mercado Zaragoza y de Piedras Negras desde los años 50.
A menudo lo encontramos caminando por uno de los pasillos del mercado, con su acordeón al hombro, sus botas vaqueras, su sombrero texano y su inseparable chaleco negro. A su paso, tanto turistas como locatarios lo saludan con respeto y bromean con él, recordando los muchos años que ha pasado en el Mercado y en el Centro Histórico.
Peticiones. “Alegramos corazones y matamos pasiones”, dice a El Tiempo de Piedras Negras, refiriéndose al tipo de música que le solicitan. La mayoría de las peticiones son baladas que evocan el viejo amor. Sus canciones son especialmente solicitadas por texanos cada fin de semana, aunque también trabaja durante la semana. Con 88 años de edad, Castillo Juárez asegura que comenzó a cantar a los 72 años. Lo más sorprendente es su acordeón, que tiene 50 años, pesa 5 kilogramos y que carga todos los días en sus hombros. Cuando se le pregunta si se arrepiente de su vida, el “Pingüino” baja la cabeza y luego responde con firmeza: “Fíjate que la música me ha dado todo. No, me ha dado más de lo que pensé; hice una familia, compré mi casa y tengo hijos con estudios”.
Ha recorrido más de 20 estados del país y muchas ciudades con su música, pero lo más valioso para él es el reconocimiento de la gente, sin importar si es positivo o negativo. Recientemente, regresó de un tour de tres días en Laredo, desvelado. Relata que el viaje de 13 horas de Piedras Negras a Laredo se complicó debido a un desvío forzado hacia Monterrey por parte de delincuentes que interfirieron con el tránsito de camiones, carros y tráileres. Castillo Juárez toma un momento para reflexionar y destaca que, para él, no hay ninguna frontera como la de Piedras Negras. El único inconveniente, según él, es la falta de lluvia, que atribuye a problemas diversos, y el sol “gacho” que calienta intensamente la ciudad.