El dengue sigue siendo una preocupación significativa para la salud pública, especialmente durante la temporada de lluvias, cuando el aumento de charcos y agua estancada favorece la reproducción del mosquito Aedes aegypti, transmisor de la enfermedad.
Esta situación crea un entorno ideal para el incremento de casos de dengue, una enfermedad viral que puede afectar varios órganos y dejar secuelas duraderas tras la recuperación. La preocupación se agrava aún más cuando una persona se infecta de dengue por segunda vez, ya que el riesgo de complicaciones aumenta considerablemente.
El dengue no se presenta de la misma manera en cada infección. Existen cuatro serotipos del virus, y una vez que una persona se infecta con uno de ellos, desarrolla inmunidad solo a ese serotipo, permaneciendo vulnerable a los otros tres.
El Dr. Omar Enríquez, infectólogo pediatra en el Hospital General de Occidente de Guadalajara, explica que cuando una persona contrae dengue por segunda vez con un serotipo diferente, el riesgo de desarrollar una forma más grave de la enfermedad es mayor. Esto se debe al fenómeno conocido como potenciación dependiente de anticuerpos, en el cual el sistema inmunológico puede reaccionar de forma más agresiva ante una segunda infección.
Este año, Jalisco está experimentando un brote significativo de dengue, con un aumento en los casos debido a la introducción del serotipo 3, una variante más agresiva del virus. Este serotipo ha resultado en más de 4,000 casos confirmados, aumentando el riesgo para quienes ya han padecido dengue anteriormente. Aunque no todas las reinfecciones llevan a formas graves de la enfermedad, el riesgo es considerable y no debe ser subestimado.
El dengue puede tener efectos duraderos en la salud, más allá de la fase aguda de la enfermedad. Según el Dr. Enríquez, el dengue puede dejar secuelas neurológicas, oculares y cardíacas, tales como fatiga crónica, dolores de cabeza persistentes, dificultades en la concentración, arritmias cardíacas y alteraciones visuales, que pueden manifestarse incluso hasta un año después de la recuperación. La severidad de estas secuelas puede variar dependiendo del daño sufrido durante la fase aguda de la infección.
Además, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) advierte que el dengue puede complicarse y causar manifestaciones más graves, como hemorragias, convulsiones debido a fiebre y deshidratación severa. Es crucial que las personas no atribuyan cualquier malestar o síntoma a un episodio de dengue previo sin consultar a un profesional de la salud, ya que un diagnóstico y tratamiento adecuado son esenciales para prevenir complicaciones.