Crítica de ‘No hables con extraños’, un remake innecesario con un brillante James McAvoy

Más allá del dominio del cine de superhéroes y las películas de animación, el género que está triunfando en las salas de cine es el terror.

Franquicias como *Paranormal Activity* y *The Conjuring*, secuelas de sagas icónicas como *Scream* y *Halloween*, los perturbadores filmes psicológicos de Ari Aster (*Hereditary* y *Midsommar*), las provocativas historias de Jordan Peele (*Déjame salir* y *Nosotros*), o las producciones de bajo presupuesto con grandes beneficios como *Talk to Me* y *Five Nights at Freddy’s* son ejemplos de cómo el género vive uno de sus mejores momentos, especialmente en términos de recaudación.

Los grandes estudios están apostando fuerte por las películas de terror, y por ello, este viernes 13 de septiembre se estrena un remake hollywoodiense de *Speak No Evil* (Gæsterne), una película danesa de 2022 dirigida por Christian Tafdrup, que pasó desapercibida y para la cual nadie pidió una nueva versión. ¿El resultado? Una réplica de la película original, cuyo mayor mérito es mantener altos niveles de tensión y confirmar la gran forma de James McAvoy, quien sigue mostrando comodidad en roles de psicópata.

Esta nueva versión, titulada en español *No hables con extraños* (no confundir con la miniserie de Netflix *The Strangers*, que tiene la misma traducción), está dirigida por James Watkins, un cineasta británico que alcanzó fama en 2008 con *Eden Lake*. No había dirigido ningún proyecto desde *La mujer de negro* en 2012, una película de terror victoriano que recaudó más de 200 millones de euros. A pesar de que *No hables con extraños* sigue una estructura muy similar a la película original, Watkins mantiene el ritmo y la tensión en un nivel bastante alto, aunque la película decae en el último acto, cuando se convierte en un thriller psicológico con un desenlace predecible.

Más allá del trabajo de Watkins, la película se sostiene gracias a la excelente actuación de sus cuatro protagonistas. El matrimonio, interpretado por los competentes Mackenzie Davis (*Blade Runner 2049*) y Scoot McNairy (*Narcos: México*), conoce durante unas vacaciones a una pareja peculiar, formada por la destacada Aisling Franciosi (*El último viaje del Deméter*) y el formidable James McAvoy, quien tras *Múltiple* y *Glass* sigue demostrando su destreza en papeles extremos. Las dos parejas pasan un fin de semana en una casa rural aislada, donde los momentos incómodos, especialmente provocados por McAvoy, van en aumento hasta generar una atmósfera agobiante que hace cuestionar al espectador por qué el matrimonio protagonista tarda tanto en reaccionar. La experiencia recuerda a *Funny Games* (Michael Haneke, 1997), aunque con importantes diferencias artísticas.

A pesar de su final predecible, *No hables con extraños* cumple con su propósito de incomodar al espectador gracias al carisma de James McAvoy, la buena actuación del elenco, la atención a los detalles que se intensifican y los silencios bien gestionados. La película no necesita apresurarse, usa sus pausas para incrementar la tensión y el dramatismo. No es fácil hacer terror sin recurrir a sustos repentinos y con gran parte de la trama transcurriendo bajo la luz del sol, uno de los principales enemigos del género. A pesar de sus aciertos, el final apresurado y la falta de novedades, incluso con un McAvoy desquiciado ya conocido, hacen de esta historia un producto que resulta entretenido y funcional, pero poco relevante más allá de eso.

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