Es comprensible que un padre quiera proteger a sus hijos y mantenerlos a salvo. Sin embargo, a veces este deseo se convierte en una forma extrema de crianza conocida como "paternidad helicóptero", donde el padre siente una necesidad constante de involucrarse en cada decisión y problema del niño.
"La paternidad helicóptero suele estar impulsada por la ansiedad, que puede manifestarse de varias maneras: preocupación por la seguridad del hijo, su éxito, su bienestar emocional, o el cumplimiento de expectativas sociales o culturales", explica la Dra. Laurel Williams, profesora de psiquiatría y ciencias conductuales en el Colegio de Medicina Baylor de Houston.
Un padre helicóptero tiende a evitar que su hijo actúe de manera independiente, ya que siente la necesidad de allanarles el camino. Sin embargo, esta actitud puede en realidad perjudicar el desarrollo del niño, impidiéndole aprender a manejar el fracaso, la decepción y las interacciones sociales.
En lugar de intervenir constantemente, los padres deberían modelar cómo enfrentar las decepciones, como no ser seleccionado para un equipo deportivo o recibir una calificación baja. "Es importante ayudar al niño a planificar cómo evitar que se repita la situación, pero si no le permiten manejarla por sí mismo, se puede retrasar su desarrollo", agrega Williams.
Es esencial reconocer cuándo un niño puede manejar ciertas tareas sin la supervisión constante de un adulto, como caminar solo a la escuela o ir al centro comercial. Si un niño muestra responsabilidad y sigue instrucciones complejas sin dificultad, podría estar listo para más independencia. Si aún tiene problemas para completar tareas por sí solo, podría necesitar más supervisión.
Williams sugiere realizar simulacros para que el niño practique tareas mientras el padre está presente para intervenir si es necesario. "Si el simulacro es exitoso, haz más prácticas en las que simplemente observes al niño mientras realiza la actividad, como ir a la escuela solo", aconseja Williams.
También es útil que los padres conversen con sus hijos sobre sus preocupaciones para evaluar si pueden manejar ciertas responsabilidades. Si el niño ofrece respuestas maduras, podría ser el momento de darle más autonomía.
Para los adolescentes, Williams sugiere que los padres expliquen las razones detrás de las reglas y estén abiertos a discutirlas. Esta comunicación puede ayudar a enseñarles a negociar y a comprender mejor los riesgos y beneficios de las decisiones. "No se trata de una decisión emocional, sino de tener una conversación constructiva en el momento adecuado, lo que enseña paciencia y retraso de gratificación", dice Williams.
Finalmente, Williams aconseja evitar que otros adultos critiquen a un padre helicóptero directamente. En su lugar, se debe abordar el tema de manera comprensiva y no juzgadora, ofreciendo apoyo y planteando preguntas sobre las razones del comportamiento para ver si el padre está dispuesto a considerar una perspectiva diferente.