El partido entre Estados Unidos y Nueva Zelanda en Cincinnati comenzó con una intensa ofensiva por parte del equipo local, pero esa presión inicial pronto se desvaneció cuando los neozelandeses levantaron una sólida muralla defensiva que parecía casi impenetrable.
Con el transcurso del tiempo en el TQL Stadium, el equipo que será dirigido por Mauricio Pochettino mostró organización en todas las áreas, aunque les costaba generar peligro en el área rival. Por su parte, los jugadores de Nueva Zelanda empezaron a ganar confianza y tuvieron algunos momentos destacados.
El primer tiempo fue marcado por pocas oportunidades de gol y muchas faltas. Tras 45 minutos, el marcador seguía 0-0, y Estados Unidos no lograba imponerse significativamente, a pesar de la presión constante de la defensa rival.
En la segunda mitad, el panorama cambió con la entrada de Pulisic al minuto 57. El equipo estadounidense mostró una actitud renovada y tomó control del partido y la posesión. Tras una jugada de varios toques alrededor del área, Pulisic se posicionó y, con un disparo cruzado, logró romper la barrera defensiva de Nueva Zelanda.
Después del gol de Pulisic, Nueva Zelanda se desmoronó y no pudo responder en los últimos 15 minutos del partido. Estados Unidos dominó el balón y, a pesar de intentar con paredes, balonazos y centros desde todas partes, Nueva Zelanda se replegó con dos líneas de cuatro en defensa para complicar las cosas.
En los últimos minutos, parecía que el encuentro estaba resuelto, pero en un giro inesperado, Ben Waine aprovechó un despeje fallido de Wiley para igualar el marcador con un remate que el portero no pudo detener. El empate llegó en los últimos segundos del encuentro en el TQL Stadium, dejando al USMNT con una sensación de frustración.