Estornudar y toser son dos mecanismos distintos para lograr un objetivo similar: expulsar patógenos e irritantes del sistema respiratorio. Aunque ambos procesos involucran la eliminación de mucosidad, estornudar utiliza la nariz y toser la boca. Tradicionalmente, se pensaba que ambos reflejos compartían un conjunto común de receptores sensoriales y vías neuronales. Sin embargo, una reciente investigación ha desmentido esta creencia.
Un estudio publicado en la revista *Cell*, dirigido por el anestesiólogo Haowu Jiang de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington en St. Louis, ha revelado que esta suposición era incorrecta. Este hallazgo podría tener implicaciones importantes para el tratamiento de resfriados y alergias en el futuro.
**Método del estudio**
Para llevar a cabo la investigación, los científicos indujeron estornudos y tos en ratones de manera controlada. Estimularon neuronas específicas en el pasaje nasal, conocidas por su rol en el estornudo, como aquellas asociadas con la detección de frío o picazón. Descubrieron que solo un tipo de receptor, llamado MrgprC11, era crucial para provocar estornudos.
Para validar sus hallazgos, los investigadores infectaron a los ratones con gripe. Los ratones con el MrgprC11 desactivado mostraron síntomas de resfriado y tos, pero no estornudaron. Intentaron provocar tos estimulando las neuronas MrgprC11 en la tráquea, pero solo consiguieron irritar la tráquea sin inducir la tos. Esto indicó que la tos y el estornudo están controlados por circuitos neuronales separados.
**Hallazgos y conclusiones**
El estudio también descubrió algo inesperado: la capacidad de tos de los ratones, un tema debatido entre científicos. Al identificar patrones específicos de audio y respiración, confirmaron que los ratones pueden toser.
Aunque pueda parecer trivial, entender que estornudar y toser están regulados por mecanismos diferentes tiene importancia clínica. Los investigadores esperan que sus descubrimientos puedan llevar al desarrollo de tratamientos más efectivos para infecciones respiratorias y alergias, reduciendo así los efectos secundarios desagradables de los antihistamínicos y corticosteroides. En última instancia, esto podría mejorar el manejo de síntomas y ofrecer alivio a quienes sufren de estas condiciones.