En la nueva era en la que nos encontramos, la mentalidad sobre los tatuajes ha cambiado significativamente.
A lo largo de los años, los tatuajes han sido vistos de manera muy diferente. Durante mucho tiempo, existió la percepción de que las personas con tatuajes eran delincuentes, pandilleros o habían estado en prisión.
Sin embargo, esta percepción ha cambiado significativamente. Hoy en día, los tatuajes son cada vez más comunes en todas las clases sociales, desde profesionales hasta personas de diversos niveles socioeconómicos, tanto hombres como mujeres.
Tendencia. Muchas personas eligen tatuarse por razones personales, como recuerdos familiares o simplemente por el deseo de modificar su cuerpo. Esta tendencia está en crecimiento, y ahora se observa a personas con tatuajes en lugares visibles, algo que antes se evitaba.
Además, ha aumentado la cantidad de estudios especializados en tatuajes, y los profesionales subrayan la importancia de acudir a lugares que cumplan con todas las normas de seguridad y salud, además de firmar los documentos requeridos por la legislación vigente.
Compromiso. Entre los famosos, los tatuajes también han tenido una presencia notable. Cantantes, deportistas y actores han modificado su piel. Un ejemplo es el futbolista Lionel Messi, quien tiene varios tatuajes, mientras que Cristiano Ronaldo, que no tiene tatuajes, argumenta que busca mantener su cuerpo limpio debido a su compromiso como donador altruista de sangre. El tatuador profesional Alberto Padilla señala que en su estudio atiende a personas de todas las creencias y condiciones sociales, destacando el creciente interés en esta forma de arte.
Explica que el tatuaje es mucho más que aplicar tinta; requiere un proceso complejo que involucra tanto la calidad del dibujo como aspectos importantes de salud. A pesar de la creciente aceptación, aún persisten estigmas. Alondra, una trabajadora del sector salud, menciona que, a pesar del cambio en la percepción social, sigue enfrentando prejuicios debido a su trabajo en una clínica.
Cultura. Ella resalta que un tatuaje no define a una persona. Durante mucho tiempo, los tatuajes se asociaron con marineros o personas en prisión, y en algunas épocas de la cultura occidental, eran motivo de rechazo en el ámbito laboral o educativo. Aunque persisten ciertos prejuicios, el creciente número de personas que eligen modificar su cuerpo y el aumento de estudios especializados destacan la importancia de abordar este tema con apertura y respeto. La evolución de esta práctica demuestra que, a pesar de los estigmas históricos, los tatuajes ahora se valoran como una manifestación de identidad y creatividad en la sociedad moderna.