La jinete de parahípica Laurentia Tan, quien no puede oír la música durante sus competencias, ha encontrado una forma alternativa de experimentar la música pintándola.
Esta atleta de Singapur, que padece parálisis cerebral y una profunda sordera desde poco después de su nacimiento, descubrió el deporte ecuestre a los cinco años. Los caballos, a los que Tan describe como sus “compañeros de baile”, le han permitido explorar una nueva manera de percibir la música y el mundo que la rodea.
“Me encantan los caballos. Disfruto mucho trabajando con ellos”, comentó Tan, una medallista paralímpica en cuatro ocasiones, a Olympics.com a través de un intérprete de lengua de signos.
“Los caballos que he tenido a lo largo de los años han sido maravillosos. Me otorgan una libertad que no puedo experimentar por mí misma. Así que cuando monto, simplemente vivir esa libertad y colaborar con ellos es lo que más valoro”.