El afectado tuvo que ser sometido a una cirugía.
Un inusual incidente se registró en las instalaciones del Departamento de Seguridad Pública Municipal cuando uno de los caninos K9, utilizados en tareas de seguridad y patrullaje, atacó a Néstor Ruiz, un agente municipal encargado del adiestramiento de estos animales.
El ataque ocurrió durante una sesión de entrenamiento rutinaria, lo que generó preocupación tanto entre las autoridades como en los equipos de manejo y cuidado de los perros especializados. El incidente, que pudo haber tenido consecuencias graves, dejó a Ruiz con lesiones significativas en el brazo, lo que requirió una intervención médica urgente.
Hechos. El ataque ocurrió en el interior del Departamento de Seguridad Pública, cuando uno de los perros K9, entrenado para el rastreo y la detección de narcóticos, agredió inesperadamente al agente Ruiz. Aunque la relación entre los entrenadores y los caninos suele ser estrecha y basada en confianza y respeto, en este caso particular algo desencadenó una respuesta agresiva por parte del animal.
El perro mordió a Ruiz en el brazo con tal fuerza que le provocó una herida profunda que afectó un tendón, una arteria y una vena.
Inmediatamente después del ataque, Ruiz fue asistido por sus compañeros, quienes lo trasladaron de urgencia a un hospital cercano.
Debido a la gravedad de la lesión, fue necesario someterlo a una cirugía para reparar los daños causados en el brazo.
Los médicos lograron intervenir a tiempo, deteniendo el sangrado y reparando los tejidos dañados.
La cirugía fue un éxito, y actualmente el agente se encuentra en recuperación.
Aunque su estado es estable, los médicos indicaron que su rehabilitación podría ser prolongada debido al daño causado en los tendones y las arterias.
A raíz del ataque, se ha iniciado una investigación interna para determinar qué pudo haber provocado la agresión.
Una de las primeras medidas fue poner bajo observación al perro involucrado, evaluando su estado de salud y comportamiento.