Aunque pasen muchos años los perros pueden recordar los nombres de sus juguetes

A tu perro puede que le encante su juguete favorito, y es posible que incluso recuerde su nombre después de no haber jugado con él durante dos años.

Un nuevo estudio, aunque con un alcance limitado, sugiere que los perros tienen una capacidad sorprendente para retener las etiquetas cognitivas de los objetos, comparable a la de un niño pequeño que está empezando a desarrollar su capacidad verbal, según los investigadores.

Shany Dror lideró un equipo de etólogos en la Universidad Eötvös Loránd de Hungría, y publicaron sus hallazgos en *Biology Letters*. En diciembre de 2020, se les dieron a cada uno de los perros del estudio 12 juguetes y se les enseñaron los nombres de estos. Los perros —Max, Rico, Squall, Whisky y Gaia— tenían diferentes horarios de juego con sus dueños. Los primeros tres perros jugaban con sus juguetes solo durante media hora al día, Gaia tenía más de cinco horas diarias de juego, y el tiempo de juego de Whisky variaba.

¿Recordaban los nombres?

Se evaluó la memoria de los perros para recordar los nombres de los juguetes un mes después, luego dos meses después y, finalmente, dos años después. Después de este tiempo, se les permitió olfatear los juguetes para evitar la sobreexcitación, y luego se les dio la orden de buscar un juguete específico por su nombre.

Si el perro traía el juguete correcto, recibía elogios. Los resultados mostraron que los perros podían recordar los nombres de los juguetes después de un mes o dos, identificando el juguete correcto el 70% de las veces, y el 55% en la prueba siguiente. Los investigadores estimaron que si la memoria fuera aleatoria, la tasa de respuestas correctas sería alrededor del 20,4%.

Algunos perros tuvieron un desempeño mejor que otros, pero la cantidad de tiempo de juego no pareció ser un factor determinante. Rico y Gaia lograron tasas de éxito del 60% y 54%, respectivamente. El dueño de Rico había perdido casi todos los juguetes en esos dos años, lo que podría haber afectado los resultados. Solo el desempeño de Squall pareció depender del azar, mientras que los demás obtuvieron un rendimiento al menos 20% superior al esperado por azar.

La cantidad de juguetes presentó un desafío importante, y el rendimiento podría haber sido mejor con menos juguetes. Los resultados pueden no aplicarse a todos los perros, ya que el grupo estudiado era de border collies. Los perros, al igual que los niños, están en contacto constante con el lenguaje humano. Este estudio podría abrir nuevas vías para explorar la evolución de nuestros procesos cognitivos.

 

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