Entrenar nuestro sistema inmunológico podría ayudarnos

Cada día, nuestros cuerpos combaten microorganismos dañinos de manera "silenciosa". Estas victorias, muchas veces sin que lo notemos, son el resultado de una larga coexistencia y evolución con diversos patógenos. La exposición a estos agentes ha educado a nuestro sistema inmunitario para detectar y enfrentar infecciones, previniendo enfermedades.

El enfrentamiento con agentes infecciosos fortalece nuestras defensas, a veces más de lo que imaginamos. Un buen ejemplo de esto es la lucha contra la gripe.

Entrenamiento del sistema inmunitario

La gripe es causada por cuatro tipos de virus de la familia Orthomyxoviridae, clasificados según su genoma. Los virus de gripe tipo A y B afectan principalmente a los humanos.

Aunque la gripe puede ser grave, recuperarse de ella tiene beneficios. Es como un entrenamiento que prepara a nuestro sistema inmunitario para enfrentar futuros desafíos. Superar la gripe ayuda a nuestro organismo a estar mejor preparado para enfrentar otros virus similares o incluso distintos, como otros virus respiratorios o ciertos tipos de cáncer.

El concepto de entrenar nuestras defensas de forma no específica es conocido desde hace tiempo, pero cómo se activa y sus efectos aún se están estudiando.

Un "marcapáginas" en el ADN

El sistema inmunitario se divide en dos grandes grupos: adaptativo e innato. Las vacunas se enfocan principalmente en el sistema adaptativo, mientras que para ejercitar el sistema innato es necesario activar células como monocitos, células NK, macrófagos, células linfoides innatas, células dendríticas y neutrófilos. Este entrenamiento se traduce en una "memoria inmune innata" o inmunidad entrenada.

Sustancias de microorganismos o compuestos producidos por nuestras células durante una infección pueden estimular la inmunidad innata para que responda a amenazas mediante la expresión de ciertos genes. Este estímulo deja una marca en el ADN, como un "marcapáginas" en un libro que hemos leído antes.

Estos "marcapáginas" se forman como metilaciones en el ADN de las células del sistema inmunitario y modificaciones en histonas, las proteínas que empaquetan el ADN. Actúan como señalizadores para localizar genes específicos si nuestras células innatas son estimuladas nuevamente.

Este marcaje puede ayudar a una respuesta más rápida y eficaz ante futuras infecciones, aunque también puede causar una respuesta inflamatoria excesiva con efectos negativos.

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