Compensar los excesos o antojos del verano con dietas restrictivas es una práctica común, pero a menudo poco efectiva.
La nutrióloga Elena Poto, del Instituto Centta, propone 8 estrategias para mejorar la alimentación después de las vacaciones sin recurrir a dietas estrictas:
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Añade calidad a tu dieta. Introduce alimentos nutritivos como frutas, verduras, hortalizas de temporada, cereales integrales, proteína vegetal (como legumbres y tofu) y grasas saludables (como aceite de oliva, aguacate y frutos secos). No elimines los carbohidratos de tu dieta.
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Evita el pensamiento de ‘todo o nada’. Disfruta de tus comidas favoritas y de una dieta variada sin restringir ni prohibir alimentos. Restringir ciertos alimentos puede llevar a anhelarlos más y a comerlos en exceso, creando un ciclo de culpa y restricción.
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Mantén una buena hidratación. Beber suficiente agua es esencial para tu bienestar y ayuda a reducir la retención de líquidos. Si te cuesta beber agua, agrégale rodajas de limón, lleva una botella contigo o usa recordatorios en tu teléfono móvil.
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Come regularmente para evitar el hambre extremo. Escucha las señales de hambre y saciedad de tu cuerpo. No esperes a tener hambre intensa para comer; no ignores el hambre y no te saltes comidas.
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Planifica tus comidas semanales. La planificación te ayuda a organizar los diferentes grupos de alimentos necesarios para una dieta equilibrada, reducir el desperdicio de comida y experimentar con nuevas recetas.
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Elige un ejercicio que disfrutes. El ejercicio no solo mejora la salud física, sino que también reduce el estrés y mejora el estado de ánimo. Encuentra actividades que te resulten placenteras para que el ejercicio sea un disfrute y no una obligación.
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Practica una alimentación flexible y consciente. Varía tus comidas, no prohíbas alimentos dulces o procesados, y come despacio disfrutando cada bocado. La variedad, el disfrute y la conciencia en la alimentación son clave.
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Observa tu relación con la comida. Presta atención a cómo y por qué eliges tus alimentos. Si eliges ensaladas en lugar de tus platos favoritos por miedo a las calorías o a comer en exceso, busca una relación más saludable con la comida.