Cada mes, se pierden aproximadamente tres millones de pesos al no poder vender el agua tratada a la industria local.
Autoridades municipales y estatales buscan desincorporar la deuda de AHMSA a CFE por la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR) para ponerla a operar al 100 por ciento de su capacidad. Enfrenta serios problemas operativos debido a la falta de energía para su óptimo funcionamiento.
La planta, que debería operar al 100 % de su capacidad, actualmente lo hace solo al 50 %, y lo hace con energía generada por plantas de diésel, cuyo combustible paga el Ayuntamiento de Monclova.
Esta situación afecta la capacidad de la planta para procesar las aguas residuales, generando serios problemas de salud pública, especialmente en la zona norte de la ciudad, donde se reportan malos olores y riesgo de focos de infección.
Eduardo Campos Villarreal, gerente de Simas Monclova-Frontera, informó que se están siguiendo procedimientos legales para desincorporar la deuda de la planta del resto de las obligaciones de AHMSA con CFE.
Sin embargo, la Comisión Federal de Electricidad insiste en que se pague la deuda total, lo que impide que la Comisión Estatal de Aguas y Saneamientos, Simas y el Ayuntamiento de Monclova puedan asumir la administración completa de la planta y firmar un nuevo contrato de suministro eléctrico.
Cada mes, se pierden aproximadamente tres millones de pesos al no poder vender el agua tratada a la industria local, dinero que podría ser utilizado para mejorar la operación de la planta.
Actualmente, el agua tratada se descarga en el río Monclova, sin que se recupere la inversión en el tratamiento de las aguas residuales, lo que agrava la situación financiera del proyecto. El alcalde Mario Dávila ha reconocido que para reactivar la planta a su capacidad total se necesitan entre dos y cuatro millones de pesos, una cifra significativa que actualmente está fuera del alcance del municipio sin la intervención de los tres niveles de gobierno.
A pesar de este desafío financiero, el alcalde ha enfatizado la importancia de esta inversión para garantizar la estabilidad económica de la región y evitar el deterioro de los servicios básicos que dependen de la operación plena de la planta.
Mientras tanto, las autoridades locales buscan soluciones creativas para evitar una crisis mayor en la región, explorando opciones como la colaboración con el sector privado y la implementación de programas temporales que mitiguen los efectos de la inactividad parcial de la planta.
Además, se ha solicitado el apoyo de diputados locales y federales para gestionar recursos extraordinarios que puedan cubrir el déficit y asegurar la continuidad de las operaciones en beneficio de la comunidad.