El príncipe Alberto y Charlene de Mónaco, una de las parejas más queridas y controvertidas de la realeza, en días recientes han derrumbado el mito de las historias que comienzan con "amor a primera vista".
Aunque inicialmente se conocieron en el año 2000, fue hasta cinco años después cuando iniciaron su relación, un romance que los llevó a casarse en 2011. Ahora, en una reciente entrevista para "Paris Match", el príncipe Alberto reveló que en aquellos primeros días el amor no surgió de inmediato.
El príncipe Alberto, de 66 años, explicó que, aunque conoció a Charlene en los Juegos Olímpicos de Sidney 2000 no se sintió atraído por ella en ese momento. "No sé si nos enamoramos en aquel entonces", confesó. Charlene, 20 años menor que él, era una nadadora olímpica que representaba a Sudáfrica en la competencia olímpica.
La primera impresión que dejó Charlene en el príncipe Alberto fue positiva, pero no fue hasta varios años después que comenzaron a salir juntos debido a que tras su primer encuentro el príncipe soberano de Mónaco asegura que no volvió a saber de la nadadora durante años.
Desde que la pareja hiciera pública su relación en 2006 han enfrentado numerosos rumores y especulaciones sobre su matrimonio, mismos que se intensificaron en 2021 cuando la princesa fue hospitalizada en Sudáfrica debido a complicaciones con una sinusitis aguda.
En más de una ocasión, Charlene y Alberto II han hecho esfuerzos por desmentir los rumores sobre su relación; sin embargo, al final del día para ambos resulta en una situación agotadora. "Siento que ciertos medios o personas quieren vernos separados", expresó Charlene en una ocasión.
Después de varias cirugías correctivas y un regreso a Mónaco en noviembre de 2021, la esposa de Alberto mostró signos de agotamiento emocional y físico por lo que sus médicos recomendaron buscar tratamiento en un centro fuera de Mónaco. Durante este tiempo, los rumores sobre la separación se intensificaron nuevamente, especialmente cuando el príncipe asistió solo a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.
A pesar de los desafíos y los rumores persistentes, tanto Charlene como Alberto han intentado mantener su privacidad y estabilidad familiar. En su momento, el príncipe de Mónaco reconoció que quizás debería haber abordado los rumores con más rapidez para cuidar a sus hijos y manejar la situación con calma.
Las dificultades de salud y los rumores han demostrado ser una prueba significativa para la relación de los príncipes de Mónaco, revelando las complicaciones de mantener una vida personal en el ojo público.