Estados Unidos impuso amplias sanciones el viernes a cientos de empresas en Rusia y en toda Europa, Asia y Oriente Medio, acusándolas de suministrar productos y servicios que contribuyen al esfuerzo de guerra de Rusia y fomentan su capacidad para evadir las sanciones.
Entre las empresas sancionadas por el Departamento del Tesoro están 60 compañías de tecnología y defensa con sede en Rusia, entre ellas tres empresas rusas de tecnología financiera. También fueron sancionadas empresas de Turquía, Francia y Hong Kong, que actúan como proveedores de Promtekh, un distribuidor mayorista de equipo de transporte con sede en Rusia, y una red de adquisición de municiones vinculada con ciudadanos italianos y turcos, que también enfrentan sanciones.
La medida del viernes es la más reciente de una serie de miles de sanciones estadounidenses impuestas a empresas rusas y sus proveedores en otras naciones desde la invasión rusa a Ucrania, que inició en febrero de 2022. Se ha cuestionado la efectividad de las sanciones, en especial debido a que Rusia sigue apoyando su economía mediante la venta de petróleo y gas en mercados internacionales.
Además, el Departamento de Estado identificó a las personas y empresas relacionadas con las exportaciones rusas de energéticos, metales y productos mineros, producción de drones, subsidiarias de Rosatom, la corporación de energía nuclear propiedad del Estado ruso, y a personas que, según Estados Unidos, participaron en el secuestro de niños ucranianos para hacer que se identificaran como rusos.
El anuncio se produce un día antes que se festeje el Día de la Independencia de Ucrania y cuando las fuerzas ucranianas avanzan en la región rusa de Kursk.
La acción del viernes tiene como objetivo hacer valer los compromisos que el presidente Joe Biden hizo este verano con sus homólogos del Grupo de los Siete en Italia para interrumpir las cadenas de suministro del ejército ruso y aumentar los costos para su maquinaria de guerra.