El gatito de una adolescente causó más problemas de los esperados. Un nuevo informe detalla cómo el gato probablemente transmitió una bacteria generalmente inofensiva, lo que llevó a la joven a desarrollar una infección ósea grave y rara. Afortunadamente, una vez que se identificó y trató la infección, la niña se recuperó completamente.
El caso fue descrito recientemente en BMJ Case Reports por médicos en Portugal. La adolescente acudió al médico con dolor severo en el abdomen derecho y fiebre. Al principio, no mencionó ningún contacto reciente con animales. Un examen físico inicial no reveló una causa clara, pero una tomografía computarizada mostró un absceso (una bolsa de pus generalmente causada por una infección bacteriana) alrededor de los tejidos que rodean la médula espinal, así como erosión ósea.
Después de descartar algunas causas posibles, una segunda tomografía permitió tomar una muestra del absceso, que resultó positiva para bacterias de Bartonella. Fue entonces cuando la familia recordó que habían tenido un gato joven en el pasado. Con esta información, los médicos diagnosticaron un caso inusual de fiebre por arañazo de gato.
La fiebre por arañazo de gato es causada por la bacteria Bartonella henselae, que se oculta y se multiplica dentro de las células, de manera similar a los virus. Aunque los gatos son un vector común para esta bacteria, que se encuentra en su saliva, B. henselae también puede transmitirse a través de perros y parásitos como garrapatas, pulgas y piojos.
Las infecciones por Bartonella generalmente no causan enfermedades graves en personas sanas, aunque pueden ser peligrosas para quienes tienen sistemas inmunitarios comprometidos. Los síntomas más comunes de la fiebre por arañazo de gato incluyen ganglios linfáticos agrandados, erupciones cutáneas y fiebre. La osteomielitis, una complicación grave de la fiebre por arañazo de gato, es extremadamente rara, con tasas reportadas entre el 0,17% y el 0,27% de los casos.
Debido a que las bacterias de Bartonella viven dentro de las células, puede ser difícil diagnosticar y tratar estas infecciones con antibióticos. Sin embargo, en este caso, la niña se recuperó completamente después del tratamiento con doxiciclina y rifampicina.
“Diagnosticar la fiebre por arañazo de gato puede ser complicado en ausencia de características típicas”, señalaron los médicos. “B. henselae debe considerarse si se han descartado patógenos comunes y la respuesta al tratamiento es insatisfactoria.”