El magnesio es un mineral vital para la salud, participando en más de 300 reacciones enzimáticas en el cuerpo. Es esencial para la producción de energía, la síntesis de proteínas, y el mantenimiento de la función muscular y nerviosa.
También regula el ritmo cardíaco, contribuye a la formación de huesos y dientes, y ayuda a equilibrar minerales como el calcio y el potasio. Sin embargo, su suplementación no es adecuada para todos, y es importante considerar ciertos riesgos antes de iniciar su uso. A continuación, se detalla quiénes deben evitar o limitar el consumo de suplementos de magnesio según recomendaciones de expertos como la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) y la Clínica Mayo:
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Personas con enfermedad renal: El magnesio se filtra y elimina a través de los riñones. En personas con insuficiencia renal o problemas renales, los riñones no pueden eliminar eficazmente el exceso de magnesio, lo que puede causar hipermagnesemia, una condición peligrosa con síntomas como náuseas, vómitos, hipotensión, y en casos graves, arritmias cardíacas o paro cardíaco. Por lo tanto, quienes tienen problemas renales deben evitar los suplementos de magnesio a menos que un profesional de salud lo supervise estrictamente.
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Pacientes con problemas cardíacos: El magnesio es crucial para la función cardíaca, pero un exceso puede ser perjudicial para quienes tienen afecciones cardíacas, especialmente arritmias. Un exceso de magnesio puede interferir con la conducción eléctrica del corazón y empeorar las arritmias o provocar efectos adversos graves. Los pacientes con problemas cardíacos deben consultar a su médico antes de tomar suplementos de magnesio.
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Individuos con problemas gastrointestinales: Condiciones como la diarrea crónica o el síndrome del intestino irritable (SII) pueden complicar la suplementación con magnesio, ya que este mineral tiene un efecto laxante. Esto puede agravar los problemas gastrointestinales, llevando a deshidratación y desequilibrio de electrolitos. Además, las personas con síndrome de malabsorción pueden no procesar adecuadamente el magnesio, lo que podría resultar en deficiencias o niveles peligrosamente altos si no se controla.
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Mujeres embarazadas y lactantes: Aunque el magnesio es esencial durante el embarazo y la lactancia, las dosis adicionales deben ser manejadas con cuidado. Un exceso de magnesio puede causar efectos laxantes y alteraciones en la presión arterial, afectando tanto a la madre como al bebé. Las mujeres embarazadas y lactantes deben consultar a su médico para asegurarse de que la suplementación sea segura y adecuada para su situación.
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Personas con interacciones medicamentosas: El magnesio puede interferir con varios medicamentos, reduciendo su efectividad o aumentando el riesgo de efectos secundarios. Por ejemplo, puede afectar la absorción de ciertos antibióticos y medicamentos para la presión arterial. Por lo tanto, es crucial que cualquier persona que esté tomando medicamentos consulte a su médico antes de iniciar suplementos de magnesio para evitar interacciones perjudiciales.