Investigadores de Francia y China realizaron este estudio, publicado en la revista Science Advances.
Investigaciones previas han revelado que las personas con anorexia tienden a tener niveles bajos de una proteína llamada proteína de unión a acil-coenzima A (ACBP), que estimula el apetito. Este patrón también se observó en pacientes hospitalizados con anorexia, donde niveles bajos de ACBP parecían estar relacionados con un mayor riesgo de recaída. Este hallazgo impulsó a los científicos a probar ACBP en ratones.
El ACBP y su vínculo con la anorexia
El ACBP es producido por varias células, pero no se libera en el cuerpo de la misma manera que la mayoría de las proteínas; se libera cuando las células se descomponen. Para superar esta limitación, los investigadores desarrollaron un “sistema de administración químico-genético” que permitía que las células hepáticas de los ratones liberaran ACBP tras la administración de biotina, o vitamina B7. Los investigadores indujeron síntomas de anorexia en ratones usando estrés crónico o quimioterapia y luego aumentaron los niveles de ACBP.
En ambos casos, el aumento de ACBP revirtió los síntomas de anorexia en los ratones. Además, el ACBP también pareció revertir la actividad de los receptores de melanocortina 4 en el hipotálamo, una parte del cerebro involucrada en la regulación del apetito.