A medida que envejecemos, nuestras capacidades cognitivas van disminuyendo lo que nos vuelve vulnerables a la pérdida de la memoria y demás trastornos asociados con las habilidades de razonamiento.
Afortunadamente, la alimentación es el eje principal para mantener la salud del cerebro y dentro de la amplia gama de nutrientes que benefician a la memoria está la diosgenina, un compuesto presente en tubérculos y raíces del género Dioscorea.
Hay un tubérculo poco conocido que está colmado de este compuesto asociado con la mejora de la memoria y la función cognitiva: el ñame.
¿Qué es el ñame?
El ñame es el tubérculo comestible de una planta trepadora de la familia de las dioscoreáceas. Se distribuye principalmente en regiones tropicales y subtropicales de África, América, Asia y Oceanía, y en menor medida, en Europa.
En apariencia, el bulbo del ñame es similar a la yuca, aunque su forma es más redondeada. El tubérculo, en general alargado, entre circular y ovalado, está cubierto por una cáscara rugosa y áspera un poco más delgada que la de la yuca. Su interior es rígido pero fácil de cortar y puede ser blanco, amarillo o moteado de rojo o violeta, según sus diferentes variedades.
¿Cómo se usa el ñame?
El ñame se suele cocinar principalmente en sopas, purés y guisados, ya sea hervido, frito o braseado. Larousse Cocina señala que la preparación con ñame más apreciada en África Occidental es el foutu, una pasta elástica que se obtiene al picar trozos de ñame previamente pelados y cocidos. Mientras que en el resto de África, el ñame pasa por un proceso de blanqueado, secado natural y molido para producir harina de ñame, ingrediente base para preparaciones en forma de pasta o cuscús.
En México, el ñame es un tubérculo bastante socorrido. De acuerdo con el Diccionario enciclopédico de la Gastronomía Mexicana, el ñame se utiliza de forma similar al macal o papa voladora en Tabasco, mientras que en Quintana Roo se suele preparar en pipián. El ñame es un ingrediente tan común en nuestro país, que en Jalisco se conoce como camote de cerro y es conocido en maya como ak’i makal.
¿Cuáles son los beneficios del ñame?
El ñame es una excelente fuente de carbohidratos, una porción de 100 gramos aporta alrededor de 28 gramos. Gracias a su contenido de almidón se utiliza como sustituto de harina para personas intolerantes al gluten o celíacos.
Este túberculo aporta al organismo minerales como el calcio, el hierro y el fósforo, los cuales intervienen en funciones como el crecimiento, la producción de glóbulos rojos y la buena salud del sistema óseo.
Contiene vitaminas A y C, encargadas de mantener una visión saludable, al buen funcionamiento del corazón y los pulmones, así como para evitar el envejecimiento prematuro y a proteger al sistema inmune de enfermedades.
En menor cantidad, el ñame aporta vitaminas B1 y B5, de importancia para el sistema inmunológico, mientras que se trata de un alimento bajo en grasa y rico en fibra, con ello estimula el apetito y mantiene la sensación de saciedad por más tiempo.
¿Por qué el ñame es bueno para la memoria?
Si bien el ñame es un tubérculo lleno de beneficios para la salud, un estudio publicado por el Instituto Nacional de la Salud (NIH) de Estados Unidos indica que la diosgenina presente en el ñame fomenta la actividad neuronal y mejora la función cognitiva, lo que es indicativo de que fortalece la memoria.