La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que cientos de millones de personas sufren de diabetes, una condición que reduce la capacidad del cuerpo para sanar heridas, ralentizando y complicando su recuperación.
Fertram Sigurjonsson, un inventor de Islandia, junto con su equipo, ha creado un avanzado sustituto de la piel humana a partir de la piel de bacalao del Atlántico. Este material podría mejorar la velocidad y eficacia en la curación de heridas diabéticas, así como de lesiones graves como quemaduras y cicatrices postquirúrgicas.
Además, este sustituto tiene el potencial de ser útil para tratar heridas crónicas o complicadas causadas por el envejecimiento o lesiones traumáticas. Al igual que con las lesiones diabéticas, estas heridas pueden llevar a la amputación como única opción para algunos pacientes, según Sigurjonsson.
El producto se destaca por acelerar la cicatrización, reducir el dolor y la frecuencia de cambios de apósitos, disminuir los costos de tratamiento y mejorar los resultados estéticos y funcionales en comparación con los métodos tradicionales, según una revisión de estudios.
Sigurjonsson y su equipo fueron finalistas en la categoría ‘Industria’ en los Premios al Inventor Europeo 2024, organizados por la Oficina Europea de Patentes (OEP), por su desarrollo de un producto biotecnológico derivado de la piel de pescado, comercializado por la empresa Kerecis.
Este "injerto acelular de piel de pescado", con las patentes EP2485779B1 y EP2575795B8, es descrito como un “producto de tejido biológico” que actúa como un “material de andamiaje” que facilita la curación natural del cuerpo y estimula el crecimiento de nuevos vasos sanguíneos, explica Sigurjonsson, licenciado en química e ingeniería.
El injerto de piel de pescado de Kerecis ofrece varias ventajas sobre los sustitutos tradicionales de piel de cerdo o vaca, que requieren un procesamiento químico intensivo para asegurar su seguridad. Sigurjonsson aclara que, dado que los virus pueden transmitirse entre mamíferos, los sustitutos derivados de estos animales deben someterse a tratamientos químicos agresivos para minimizar el riesgo de transmisión de enfermedades.