Cuando tenía 38 años de edad, la vida de Francisco dio un giro de 180 grados, su actividad física quedó mermada, pues tuvo un severo accidente al golpearse en la cabeza cuando se tiró un clavado y las heridas limitaron los movimientos de su cuerpo dejándolo cuadripléjico. Al día de hoy tiene 57 años, pero su salud es estable y sus ganas de salir adelante lo mantienen con muchas ganas de ser feliz.
“Me tiré un clavado en picada y me pegué en la cabeza, sentí que algo dentro de mí se quebró”, compartió; tal hecho ocurrió un 20 de julio del año 2005 en Cuatro Ciénegas, por lo que de inmediato fue trasladado al Hospital General de Zona Número 7.
Tratamiento. Fue trasladado a Monterrey, en donde participó favorablemente en una cirugía donde se logró salvar su vida, pero la lesión de la médula espinal era grave al grado de ser irreversible, motivo por el cual sus brazos y piernas se quedaron inmóviles para siempre.
Entusiasmo. Sus ganas de aprovechar su tiempo y salir adelante son la causa para que se autoemplee con la venta de quinelas para el béisbol, dinero con el cual logra cubrir algunos de sus gastos o apoyar a su familia.
Actualmente, es atendido por el programa de Atención Domiciliaria del Enfermo Crónico (ADEC) del Instituto Mexicano del Seguro Social.