Señala autoridad que principal sospechoso tenía la intención de hacerse inmolar este jueves o mañana frente al estadio en el que iba a celebrarse el espectáculo.
El ministro del Interior de Austria, Gerhard Karner, aseguró este jueves que "se ha evitado una tragedia" en los conciertos de Taylor Swift en Viena dado que el principal sospechoso tenía la intención de hacerse inmolar este jueves o mañana frente al estadio en el que iba a celebrarse el espectáculo.
"Se ha evitado una tragedia" en los conciertos de Swift, pero la situación es "sería", aseguró Karner, que indicó que el principal sospechoso ha confesado sus planes y tenía muy avanzada la fabricación del explosivo. La Policía no busca a otros sospechosos, pero las investigaciones continúan.
El objetivo, según la Policía austríaca, era "matarse a sí mismo y a una gran multitud en el concierto previsto para hoy o mañana". Después de conocerse las detenciones, Taylor Swift anunció ayer la cancelación de los tres conciertos previstos en la capital austríaca.
Según los investigadores, existen tres detenidos, un cabecilla de 19 años, un segundo sospechoso de 17 años que había sido recientemente contratado como integrante del dispositivo de seguridad privada del concierto y un tercer menor de 15 años.
Ese joven de 17 años fue detenido por equipos antiterroristas en las inmediaciones del estadio Ernst Happel y, al parecer, pretendía facilitar las acciones del cabecilla.
En los registros se encontraron diversas sustancias, incluyendo peróxido de hidrógeno, así como dispositivos técnicos y materiales para la fabricación de bombas, como detonadores, cables y máquinas para iniciar una explosión.
Entre el material incautado, según la Policía, también hay una sirena policial que se sospecha se pretendía usar para abrirse camino y facilitar la llegada al lugar del atentado o la huida.
Los detenidos se habían centrado en los planes de atentado desde finales de julio y el cabecilla de la célula había jurado lealtad al grupo terrorista Estado Islámico.
El joven de 19 años, detenido en Ternitz, a 65 kilómetros de Viena, renunció a su trabajo el 25 de julio y declaró que "tenía grandes planes para el futuro", según explicó a la prensa Franz Ruf, director general de Seguridad Pública.
"Desde entonces, se ha centrado en los preparativos para un atentado terrorista", agregó Ruf, que indicó que además habían tomado medidas para cambiar su aspecto físico.