En París, firmó una plata llena de autoridad con Osmar Olvera y Juan Celaya.
Para Ma Jin no existe la perfección. Siempre que hay un gran clavado, encuentra un área de oportunidad, su afán es el perfeccionismo y la paciencia. Llegó a México hace más de dos décadas, y desde entonces ha forjado cuatro medallas olímpicas y varias preseas en campeonato mundial. En París, firmó una plata llena de autoridad con Osmar Olvera y Juan Celaya en el trampolín de 3m sincronizado y este jueves sumó la de Osmar Olvera, tras colgarse este la medalla de bronce en la final de trampolín de tres metros.
Ma Jin nació en China en 1968, el mismo año que México fue sede de los Juegos Olímpicos. Desde muy pequeña la invitaron al Centro de Entrenamiento de Beijing, donde aprendió los clavados de la única forma que se puede enseñar ahí: con rudeza, a veces con pellizcos y a veces a gritos.
A finales de 2002, el entonces director de la CONADE, Nelson Vargas, viajó a China para buscar entrenadores que pudieran reforzar al deporte mexicano. Se trajo 50, entre ellos Ma Jin, y firmó un convenio entre México y China que sigue vigente después de cuatro administraciones federales.