Una pregunta común entre las mujeres embarazadas es si una copa de vino ocasional puede afectar al bebé. Aunque se sabe que grandes cantidades de alcohol durante el embarazo son claramente perjudiciales, el riesgo asociado con cantidades menores no está tan definido, aunque cualquier consumo de alcohol presenta algún riesgo, afirma Vidya Rajagopalan, investigadora principal del Instituto de Investigación Saban del Hospital Pediátrico de Los Ángeles.
Rajagopalan, quien estudia el desarrollo cerebral fetal usando resonancias magnéticas avanzadas y participa en el estudio HEALthy Brain and Child Development (HBCD) de los Institutos Nacionales de Salud, señala que el consumo excesivo de alcohol está claramente asociado con problemas graves para el bebé.
"Las mujeres embarazadas que consumen grandes cantidades de alcohol tienen un mayor riesgo de tener hijos con problemas de desarrollo neurológico", explica Rajagopalan. "Los trastornos del espectro alcohólico fetal están relacionados con el consumo excesivo de alcohol".
Estos trastornos pueden causar:
- Deformidades cerebrales y faciales
- Dificultades para comer y dormir
- Problemas de audición y visión
- Bajo peso al nacer
Los niños afectados suelen enfrentar problemas cognitivos y conductuales y tienen un mayor riesgo de desarrollar problemas de abuso de alcohol u otras sustancias en el futuro.
En cuanto al consumo de pequeñas cantidades de alcohol durante el embarazo, Rajagopalan menciona que las principales organizaciones, como los CDC y el Colegio Americano de Obstetricia y Ginecología, indican que no existe un límite seguro. "No hay evidencia científica que confirme que el consumo bajo de alcohol sea seguro", explica.
Esto se debe a que sería poco ético y no factible realizar estudios que expongan a las mujeres embarazadas al alcohol. Además, el alcohol es solo uno de muchos factores que influyen en el desarrollo del bebé, incluidos los factores genéticos, la salud física y mental de la madre, y las condiciones ambientales.
Rajagopalan aconseja a las mujeres embarazadas que comprendan los riesgos potenciales y consulten con su proveedor de salud sobre cualquier duda. "No hay una forma científica de demostrar que una copa de vino sea segura", concluye. "Es importante que las mujeres hablen sobre los riesgos con su proveedor y que este proporcione información confiable".