A pesar de las advertencias sobre los riesgos de salud, Tyson sigue comprometido con el enfrentamiento
A medida que se acerca la fecha del esperado combate entre Mike Tyson y Jake Paul en Arlington, Texas, surgen crecientes preocupaciones sobre la salud del legendario boxeador. La pelea, reprogramada para el 15 de noviembre después de haber sido pospuesta del 20 de julio, ha generado inquietud entre los allegados de Tyson debido a su estado físico.
El ‘Iron Mike’, de 58 años, enfrenta serios desafíos de salud que incluyen una reciente úlcera, lo que ha llevado a sus colaboradores a temer por su bienestar. La combinación de la edad avanzada y la condición médica reciente han puesto en duda su capacidad para enfrentar a Paul en el ring.
Dave Hancock, exmédico del fútbol inglés, ha expresado su preocupación sobre los riesgos que Tyson podría enfrentar si persiste en su intención de pelear. “El riesgo de problemas cardiotorácicos, pulmonares y otras complicaciones derivadas de su edad es significativo”, advirtió Hancock. “Desde el punto de vista médico, podría ser una catástrofe”.
A pesar de las advertencias y su delicado estado de salud, Tyson ha mantenido su pasión por el deporte. “Soy un adicto a la gloria. Me encanta que la gente piense en mí todo el día”, comentó Tyson antes de enfrentar la emergencia médica que ha llevado a la reprogramación de su combate.
El enfrentamiento sigue en pie, y la comunidad del boxeo y los aficionados están a la expectativa de si Tyson podrá superar sus problemas de salud y cumplir con su compromiso en el cuadrilátero.