La noche del pasado jueves 1 de agosto, el obispo emérito de Saltillo, Raúl Vera, reportó una situación inusual en su vivienda. Según informó su asistente, Jackie Campbell, el prelado escuchó ruidos provenientes del techo de su casa, lo que lo llevó a sospechar de la presencia de intrusos. Campbell dijo que, antes de la medianoche, Vera percibió pasos, saltos y caídas que parecían indicar que alguien se movía entre los techos.
Vera solicitó a las autoridades municipales, quienes respondieron rápidamente al llamado. “Raúl Vera me pidió que contactara una patrulla. Los oficiales llegaron y procedieron a revisar la casa”, relató Campbell.
Este incidente se produjo en un contexto complicado, ya que una empleada doméstica y un escolta del obispo emérito habían sido denunciados recientemente por robo y agresiones físicas supuestamente cometidos en contra de Vera López.