La Entrevista con Brenda Herrera Martínez

Piedras Negras: Unidad y lucha al alcance de todos

Dice la historia que, en 1850, un total de 34 hombres fundaron la Villa Guadalupana de Herrera frente al paso conocido como Fort Duncan. Y desde entonces ha sido un largo camino de lucha y esfuerzo que dio como resultado la ciudad de Piedras Negras.

Todo ese recorrido está al alcance de todos en un edificio de dos plantas con nueve salas llenas de recuerdos de ese pasado y presente glorioso.

¿Es un reto o una responsabilidad cuidar esta memorable historia?

“Es una enorme responsabilidad, una oportunidad única de conocer el pasado de nuestro pueblo, de nuestra gente, quienes fueron, que hicieron, que nos legaron. También es un reto enorme cuidar que todo este ordenado. No solo es la historia de Piedras Negras, sino parte de la historia de Coahuila y México; es un espacio siempre disponible para quienes desean conocer su pasado”.
Brenda Herrera Martínez es la directora del Museo de la Frontera Norte, enclavado en pleno Centro Histórico a unos metros del río Bravo.

¿Qué dice la gente cuando sale del Museo?

“Viene mucho turista nacional y extranjero y salen asombrados por lo que ven y cómo se encuentra ahora la ciudad. Dicen que fue un viaje al pasado y un, regreso al presente y futuro en minutos. También recibimos a muchos estudiantes de primaria, secundaria o incluso de niveles medio superior. Siempre hay alguien interesado en conocer lo que exhibimos, de la información que se encierra en este espacio, del legado que dejaron”.

¿Es un espacio turístico?

“Si lo es; y también es un espacio cultural. Es un lugar donde puedes cerrar los ojos y viajar al pasado, pero te emociona todo lo cultural que puedes ver. Entonces, es una responsabilidad tener al Museo en condiciones y listo para recibir a la gente; y desde luego tienes que empaparte de la historia para aportar tu granito de arena a este conocimiento”. Junto al Museo de la Frontera Norte se creó un Complejo Cultural enorme, una gran asta y la bandera más grande del mundo; un museo del Chapulín; Casa de las Artes; Auditorio; Infoteca; y una Gran Plaza ideal para descansar. 

¿Llega gente con alguna donación al Museo?

“Si son pocas, pero si hay personas que quieren donar alguna herramienta, un documento, una fotografía, y desde luego que se agradece porque prefieren que se conozca de ellas y no que se pierdan. Sin embargo, todo objeto tiene que ser analizado por especialistas para verificar que corresponden a la historia de Piedras Negras y posteriormente acomodarlo en el espacio que le corresponde”. El Piedras Negras naciente recibió su nombre oficial un 1 de junio de 1911 y se retiró el de “Ciudad Porfirio Díaz”, a través de un decreto expedido por el general Venustiano Carranza.
El nombre se debió a los yacimientos de carbón que se descubrieron en toda el área y en general en toda la Región.

¿Qué objetos de interés tiene el Museo?

“Bueno, explica el origen de la frontera, de cómo se fundaron las colonias militares para proteger el territorio nacional. En sus salas se ofrece al público información sobre los fundadores de esta zona, las primeras exploraciones, presidios y misiones. 
Pero, además, muestra el histórico tratado Guadalupe-Hidalgo, la conformación de la nueva frontera, la aduana y la época de intervención”.

¿Hay exposiciones?

Si y también se exhiben murales de los Comandantes Militares que han pasado por Piedras Negras, a lo largo de su historia. La semana pasada se llevó  a cabo una plática impartida por el doctor Héctor de Luna Villareal, sobre la “Migración Japonesa a la frontera”. Y otra plática denominada Hablemos de Opera. En una de las salas se encuentran recuerdos del buceador Ramón Bravo, todo un ícono.

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