Entre 2012 y 2022, la dependencia encontró altas concentraciones de arsénico y flúor, tanto en La Laguna, como en Cuatrociénegas, Juárez, Ocampo y Saltillo.
Saltillo, Coahuila, MÁS. – No obstante las evidencias científicas presentadas recientemente por la investigadora de la Universidad de Texas A&M, Rosario Sánchez, el gerente de Aguas de Saltillo (Agsal), Iván José Vicente García, negó que las fuentes de extracción locales estén contaminadas con arsénico.
El ejecutivo dijo no estar enterado de la existencia de un pozo, ubicado al sur del municipio, recientemente reportado con la sustancia tóxica.“Lo único que he visto es que tenemos el certificado de calidad sanitaria”, para cuya expedición “se analizan, uno a uno, los pozos, el cien por ciento de los pozos, no se estudia una muestra aleatoria, sino todos los pozos”, afirmó.
“Evidentemente, el arsénico es uno de los parámetros que se analizan, y no ha dado ninguno positivo”, insistió Vicente García en entrevista “Ahí están los datos –insistió el gerente– de la Secretaría de Salud y, próximamente, vamos a afrontar una nueva auditoria que, como se sabe, es anual por parte de la Secretaría de Salud”.
A través de dicha inspección se revalidará el referido certificado de calidad, confió.
El activista ambiental, Rodolfo Garza Gutiérrez atribuyó la existencia de dicha sustancia química como resultado de la excesiva profundización de los equipos de extracción de Aguas de Saltillo.
Al respecto, el propio gerente admitió que la empresa se ha visto en la necesidad de extraer agua a mayores profundidades, refutando inclusive que ello sea un síntoma de que los mantos freáticos se estén agotando.
Estudios realizados recientemente por la Comisión Nacional del Agua (Conagua), permitieron detectar arsénico, ya no solo en la Comarca Lagunera, sino también está presente, por lo menos, en otros cuatro municipios del estado.
Entre 2012 y 2022, la dependencia encontró altas concentraciones de arsénico y flúor, tanto en La Laguna, como en Cuatrociénegas, Juárez, Ocampo y Saltillo.
Ello demuestra que la vigilancia del agua no se realiza en todos los pozos, ni de forma periódica y coordinada con los municipios.
La investigadora de la Universidad de Texas A&M, Rosario Sánchez, señaló recientemente que la falta de transparencia es el mayor problema de los organismos operadores del agua: los consumidores desconocen lo que beben.“No hay un banco de datos de información histórica, ni siquiera escenarios de los acuíferos, y no hay monitoreo en tiempo real”, habría señalado.
El arsénico y el flúor son catalogados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como dos de las 10 sustancias químicas de mayor preocupación para la salud.