Un informe reciente advierte sobre el uso excesivo de la cirugía para abordar problemas de lactancia materna en los recién nacidos, especialmente en relación con la anquiloglosia, también conocida como "frenillo lingual". Esta condición limita el movimiento de la lengua del bebé debido a una banda de tejido anormalmente corta o tensa que impide que la lengua se eleve y se extienda adecuadamente, dificultando el agarre y la succión durante la lactancia.
Aunque la anquiloglosia puede tratarse con una cirugía sencilla llamada frenotomía, que corta la banda de tejido restrictiva, el informe de la Academia Americana de Pediatría (AAP) sugiere que muchas dificultades con la lactancia materna pueden resolverse sin necesidad de intervención quirúrgica.
La AAP aconseja a los médicos que consideren primero alternativas no quirúrgicas para manejar los problemas de lactancia antes de recurrir a la frenotomía. "La cirugía a menudo es innecesaria para resolver los problemas de lactancia, y hay poca investigación que respalde su eficacia", explicó la Dra. Jennifer Thomas, autora principal del informe y pediatra en Wisconsin.
La prevalencia de la anquiloglosia en recién nacidos varía entre el 2% y el 11%, según estudios realizados en Estados Unidos, Canadá e Inglaterra. Además, se ha observado un aumento significativo en el diagnóstico de esta condición en las últimas décadas. Los principales factores para diagnosticar la anquiloglosia incluyen un agarre ineficaz y un aumento de peso deficiente en el bebé.
A pesar de que la anquiloglosia puede causar dolor en la madre al amamantar si el bebé no puede agarrarse correctamente, la Dra. Maya Bunik, presidenta de la Sección de Lactancia Materna de la AAP, señala que "la mayoría de los problemas de lactancia, incluido el dolor, no están relacionados con la anquiloglosia". Además, algunos proveedores de salud y clínicas están promoviendo la frenotomía, aunque esto no siempre es lo más adecuado para el paciente.
El procedimiento quirúrgico es generalmente seguro, y los efectos negativos son poco comunes, pero las revisiones han mostrado resultados mixtos en cuanto a la mejora de la lactancia y una reducción a corto plazo del dolor en el pezón. La AAP recomienda que los médicos trabajen en colaboración con asesores de lactancia y otros especialistas antes de optar por la cirugía, reservándola para casos graves en los que otras intervenciones no hayan sido efectivas.
"Es comprensible que los padres busquen soluciones rápidas para los problemas de alimentación, especialmente con la información disponible en las redes sociales", dijo Thomas. "Recomendamos que las familias consulten primero a su pediatra para entender mejor el diagnóstico y las opciones de tratamiento disponibles".