El virus Oropouche, hasta ahora considerado un problema de salud menor, ha tomado un giro alarmante con el reciente informe del Ministerio de Salud de Brasil, que confirma las primeras dos muertes atribuidas a este virus. La preocupación crece a medida que las autoridades sanitarias investigan la posible extensión de su peligrosidad.
Las primeras víctimas del virus Oropouche son dos mujeres jóvenes, menores de 30 años, del interior del estado de Bahía, al noreste de Brasil. Ambas fallecieron tras presentar síntomas similares a los del dengue grave, una enfermedad bien conocida en la región. Las autoridades también están investigando una muerte sospechosa en Santa Catarina y han descartado otro posible caso en Maranhão.
Estas muertes son particularmente preocupantes porque, hasta ahora, no había precedentes de fallecimientos atribuidos al virus Oropouche en la literatura científica mundial. Este hecho subraya la necesidad de una vigilancia más estrecha y una comprensión más profunda de este virus emergente.
¿Qué es el virus Oropouche?
El virus Oropouche es un arbovirus, lo que significa que se transmite por artrópodos, específicamente por la picadura de insectos como el mosquito Culex quinquefasciatus. Detectado por primera vez en 1955 cerca del río Oropouche en Trinidad, ha permanecido en gran medida bajo el radar global hasta este reciente brote.
Según la Organización Mundial de la Salud, los síntomas del virus Oropouche incluyen fiebre repentina, dolor de cabeza, rigidez articular, visión doble, náuseas y vómitos. En casos raros, la infección puede desencadenar meningitis aséptica, una condición seria que puede llevar a complicaciones graves.
Una preocupación adicional es la posible transmisión vertical del virus, es decir, de la madre al feto durante el embarazo. Hasta ahora, Brasil ha registrado seis casos sospechosos de esta transmisión, con dos resultando en la muerte del feto y tres presentando anomalías congénitas como la microcefalia.
El brote del virus Oropouche coincide con un año particularmente devastador para Brasil en términos de salud pública, con el país enfrentando el peor brote de dengue de su historia. Desde el 1 de enero, se han confirmado al menos 4.824 muertes por dengue, con 2.250 casos en investigación y 6,4 millones de casos positivos. Este contexto agrava la situación, ya que ambos virus presentan síntomas similares, lo que puede complicar el diagnóstico y tratamiento.